Tenemos una mañana bastante relajada, así que nos levantamos sin prisas y desayunamos tranquilamente. Iremos al lago a ver flamencos y buscaremos unas postales y unos sellos para enviar. (Nota de Oruga: «Silvia eres muy pesada»).

Tenemos una mañana bastante relajada, así que nos levantamos sin prisas y desayunamos tranquilamente. Iremos al lago a ver flamencos y buscaremos unas postales y unos sellos para enviar. (Nota de Oruga: «Silvia eres muy pesada»).
Me despierto como a las 7 de la mañana con un rayo de sol que entra por el balcón. Me levanto para correr un poco la cortina pero al acercarme veo un magnífico espectáculo;
Valentine el pétreo nos ha cogido un poco de cariñete, y parece que le caemos bien, así que nos recibe sonriente en el comedor para el desayuno. Somos los últimos y eso que son solo las 9h.
Con las mochilas puestas bajamos a desayunar. Al llegar a la parte baja del Riad nos encontramos el desayuno de campeones, ¡pero el de todo el equipo de fútbol de los dibujos!
Amanecemos en el Riad, donde la noche ha sido silenciosa y oscura. Decir eso de “hoy me he levantado dando un salto mortal y dando volteretas he llegado al baño”, es muy optimista. Más bien, Oru me ha despertado y luego ha conseguido hacerme rodar hasta la ducha.