Amanecemos en el Riad, donde la noche ha sido silenciosa y oscura.
Decir eso de “hoy me he levantado dando un salto mortal y dando volteretas he llegado al baño”, es muy optimista. Más bien, Oru me ha despertado y luego ha conseguido hacerme rodar hasta la ducha.
La habitación del Riad está bien, es pequeñita, pero limpia, con baño privado y todo lo necesario (incluso A/C). El único fallo, por ponerle alguno, es que cuando coges las habitaciones de abajo en los Riad la intimidad se limita un poco, ya que por mucha cortina gruesa que pongan, el resto de los visitantes están a un paso de ti. Y el baño no tiene cortinas, así que desde la planta de arriba se te ve perfectamente haciendo tus cosas de momento aseo. Al menos desde nuestra habitación.
Con todo preparado disfrutamos de un desayuno de campeones a base de yogur casero, (muy rico y como todo excesivamente azucarado), pan autóctono, quesitos, mantequilla, miel, pan de guiris, café negro y el riquísimo té de Hamza. Así ligerito…
Normalmente pecamos en los viajes, sobre todo los primeros días, de ponernos morados a comida autóctona. Lo que hace que al 5º día la aborrezcamos o estemos a punto de explotar. Somos conscientes y estamos en ello a ver si en este viaje conseguimos equilibrar las calorías innecesarias antes de la primera semana…
Como vamos justos de tiempo quedamos con Hamza en dejarle las maletas y recogerlas después para cambiar de Riad (él no tenia dos noches). Así que nos lanzamos de nuevo hacia el zoco esta vez sin adentrarnos en él y con la esperanza de llegar en 15min.
Los hombretones están abriendo y aunque puede parecer que están aquí desde primera mañana, les encontramos «poniendo las calles” afanados en la vida contemplativa que tanto les gusta y lentamente sacando sus productos al escaparate callejero.
Por ahora solo recibimos los buenos días en varios idiomas; no es hora de vender y además es viernes, por lo que muchos artesanos hoy cerrarán sus tiendas así que ante la ausencia de turistas y aún de expositores, las calles del zoco están tranquilas y transitables. A excepción de por supuesto, varias motos y bicicletas que, un poquito más tranquilas que por la tarde, acuden a los hornos situados entre las callejuelas a hornear el pan. Supongo que tanto el familiar como, en muchos casos, el que nos ofrecen a los turistas en el desayuno.
Aquí, dentro de la Medina, aún es costumbre que la gente acuda al furan u horno comunitario para hornear el pan familiar. El pan es una base muy importante de la cultura marroquí (y está muy rico dicho sea de paso) y las familias acuden con la masa lista para hornear en estos hornos comunales, que supongo también sirven de “Sálvame Marrakech” el ratillo que esperan.
A veces esta labor es encargada a los más pequeños de la familia, pero por lo visto es una labor importante. Con el pan no se juega en Marruecos. 🙃
Llegamos justitos a nuestro tour y allí vemos un grupo muy grande. Hay mucha “gallina”, así que esperamos que no sea ese nuestro grupo. Y vemos, por la cara del resto de los integrantes del grupo, que ellos también esperan que las “gallinas” le toquen a otro «Gallo».
Finalmente y ante la cara desesperada del Marroquí al cargo, el grupo de Gallinas integrado por 20 funcionarias de alma (contadas por el marroquí a punto de cambiarlas por un llavero), recién divorciadas, emperifolladas hasta las orejas, llenas de brillis, lo último de las rebajas de Zara para viajar a Marruecos, mechas y tirabuzones abiertos recién hechos para el viaje de fin de semana, se pone en marcha.
Forman un único grupo ya que el Marroquí Jefe se ha apiadado del resto y no quiere que nadie le ponga un mal comentario por no conseguir pasar del primer puesto del zoco con brillos sobre el que se lancen en modo hurraca, ni por acabar a las 18h de la tarde porque siguen haciéndose “fotazas” para el instagram.
¡Ya tenemos nuestro grupo variado y a Alí como guía! Me gustan los nombres fáciles de recordar; tengo tan mala memoria (de ahí este blog) que si para llamar a las cosas o a las personas pudiera hacerlo con onomatopeyas o canciones estúpidas, ¡mi vida sería facilísima!
Hemos cogido la ruta con Civitatis, que es como un freewalking tour, pero más organizado. Seguro que no es lo más autentico, pero por experiencias jordanas pasadas, mi simpatía tiene un límite y no quiero tener que pasar el resto de mis vacaciones perseguida por un guía de aquí que se empeña en no dejarme en paz y en hacer negocios constantes con Oruga. Quizá los marroquíes no sean así, pero mientras lo averiguo, tengamos un trato amigable, respetuoso, pero más bien tipo nórdico. 😬
Alí habla a La Velocidad de La Luz; su español es mucho mejor que el de muchos gaditanos 😝 ¡y sabe de todo! Quizá por eso es guía oficial y no pizzero, pero cuando digo que sabe de todo me refiero a que además de hacernos la ruta, que tiene que tener manida a más no poder, cualquier referencia española no histórica ¡también la sabe! Política actual y pasada, cómicos, canales autonómicos (veía vaya semanita 😳) mucha, demasiada, prensa rosa, refranes (aquí me conquistó del todo), geografía española.Ubicó León en el mapa sin pestañear y no solo eso sino que dijo: “sí, encima de Zamora”. O sea, ¡que sabe donde está Zamora! ¡Lo flipo!
En nuestro grupo había un grupo variado de Castilla y León: burgaleses, salmantinos y leonesa, servidora. Mucho para lo que solemos encontrarnos y de cada uno supo decir algo relacionado con la cultura o algo significativo. Y en el caso de León, no fue la catedral sino el castillo de los templarios (Ponferrada) y la Catedral de Astorga.
Bueno cositas a parte, esta es la ruta que hicimos con Alí:
- Plaza Jamaa el Fna
- Mezquita Koutoubia
- Tumbas Saadíes
- Palacio de Bahia
- Zoco
La plaza Jamaa el Fna, es ya nuestra gran amiga; hemos pasado por aquí unas 6 veces mínimo, y llegamos ayer. Es una plaza enorme rodeada casi totalmente por bares y puestos de comida y ropa. En el centro de la plaza se ubican los puestos de comida con pinta muy poco recomendable y olores a fritanga marroquí que ni apetecen ni llaman. Pero ahí tenemos a los grupos de alemanes y japoneses más felices que una perdiz sin preveer el problemilla intestinal que me aventuro a vaticinarles… Los puestos de zumos también tienen un puesto destacable en la plaza, ya que llaman la atención con sus coloridos camiones-zumeros llenos de frutas variadas. Por lo visto, lo de siempre, las frutas son de verdad, pero el zumo que te sirven es un 80% agua, un 10% azúcar y un 10% zumo natural que han hecho por la mañana y mezclan con todo esto.
Alí es muy apañado y nos cuenta que la plaza se llama así porque significa “mezquita destruida», en referencia a la mezquita almoravide que había antes allí.
La Lonely Planet dice que antaño (y no me lio con siglos… 😔) en esta plaza se ejecutaban a los delincuentes y dejaban colgadas las cabezas para que sirviera de ejemplo. El nombre le viene a la plaza por que se traduce también como “reunión”. No sé muy bien si lo de reunión viene por la reunión de cabezas de delincuentes o de aburridos marroquíes que iban a ver las ejecuciones. 😉
Por la noche esto se pone interesante pero ahora aún está tranquilo. Los caballitos aún están siendo acicalados en espera del largo día que les espera anclados perennemente a la calesa. Hoy todavía no hemos escuchado la llamada al rezo, pero casi mejor, porque tal y como contaba Oru ayer el llamamiento no está muy afinado…
Presidiendo la plaza al fondo, la mezquita Kutubia con su gran minarete, que es como la Giralda de Sevilla, pero en versión pobre. Allí dirigimos nuestro camino para continuar nuestra visita, mientras Alí va hablando alegremente, sobre… ¡Carmina Ordoñez! 😳 Nos cuenta que aquí estaba muy bien considerada porque hizo mucho por la imagen y el glamour de Marruecos cuando la gente de esa generación todavía traía el lastre de inseguridad y guerras. Algo encontró aquí que a ella le gustaba mucho este país. Que comedido es Alí, que no dice nada de la coca y demás… 😏
Estamos haciendo la ruta que hicimos ayer, pero con las explicaciones de Alí, que parece que no pero la cosa cambia. Nuestro guía sabe mucho, pero no tiene muchos miramientos con nuestra seguridad y hay que estar atento si no quieres que una moto te peine mientras un taxi te hace la liposupcion, así en modo 2×1.
Al pasar por el palacio del «Jefazo de Marruecos» nos explica cada uno de los policías que se encuentran en la puerta, cada uno de ellos vestido con un traje diferente y que no deja de llamar la atención. No hay foto de ellos, porque nos da un poco de miedo que nos peguen un tiro por sacarles una foto. 🙃
Al llegar a la puerta donde estuvimos ayer arriesgo mi vida para tener una foto de la Bab Agnaou la puerta de acceso a la Kashba. Bab es puerta además de Bloqueo Automático Banalizado (datos inservibles para mi día a día que ocupan partes de mi cerebro de rubia). Así que estamos ante una puerta de pizarra de acceso a la Kashba.
Las Kasbah son espacios fortificados de origen bereber. Son lugares donde las personas se protegían contra intrusos y ataques con altos muros, pero también servían como división dentro de una misma ciudad. Y esta puerta era la entrada a la Kashba real.
Desde aquí recorremos el mismo camino hasta las tumbas que ayer. Pero una vez allí Alí nos dice que no merece la pena entrar, que si vamos a elegir un sitio el Palacio Bahia merece mucho más la pena sin duda. Según nos cuenta, las tumbas son un espacio muy pequeño con el mismo acceso a la ida que a la vuela, una media de cola de 40min y una visita en el mejor de los casos de 10min en la que prácticamente no veremos nada.
– ¡Joé macho, tú si que sabes quitarle las ganas a la gente!
Así que como Alí nos cae bien en general nos fiamos de él y nos guardamos los 7€ de la entrada para reinvertirlos en otra cosa.
Hasta ahora he de reconocer que Marrakech me ha sorprendido gratamente. Quizás porque mis expectativas eran muy bajas, así que con esa base siempre es más fácil. 🤣 Pero es una ciudad “bastante” (digo bastante, teniendo en cuenta lo que mi mente traía en la cabeza) limpia. Están reformando y arreglando muchas zonas de la Medina. Hasta ahora no hemos tenido sensación de agobio ni inseguridad, y los vendedores no se hacen pesados. Aunque también es verdad que no hemos hecho intención de comprar nada, así que no hemos entrado aún en el momento «La vida de Brian» de “vamos a regatear”.
El palacio Bahía es nuestra siguiente parada. Los hombres del acceso no conocen la sonrisa ni saben que existe Son como sexadores de pollos concentrados en un trabajo que no les aporta nada en la vida, que alguien tiene que hacer y que van a llevar a cabo de la forma más mecánica y rápida posible. Por si hay dudas, no aceptan tarjetas de crédito y se puede pagan en € y en Dirham.
El palacio fue del visir Ahmed ben Moussa, un visir muy listo del sultán en el S.XIX. Aquí el amigo, además de listo era un pelin mujeriego y conseguía lidiar con 4 esposas estupendas con las que se apañaba como podía. Pero no contento con ello tenía 24 concubinas más, por si un día además de otras cosas le apetecía echar un partido de rugby.
De las 4 mujeres oficiales tenía una preferida, a la que le hizo un vestidor y todo. Me imagino que sería la comidilla de la época. 🤪
Pero Mr. Moussa no debía de ser muy buena persona y murió abandonado a su suerte por su particular equipo de rugby, hijos, amigos y criados a excepción de un único y fiel criado, que le cuidó hasta sus últimos días. Después de esto el palacio fue expoliado por completo.
El palacio promete mucho más de lo que es, sobre todo si has pasado por Cordoba o Granada alguna vez. Pero la verdad es que es bonito y ya puestos se merece una visita.
Seguimos camino al zoco por la encrucijada de calles del barrio judío (dato curioso solamente queda un judio viviendo dentro de la Médina en la actualidad y se dedica a la venta de tejidos). Allí Alí nos ha prometido una clase magistral de potingues y hierbas medicinales.
¡Mierda! No es una máster class ¡es una “venta al pringado”! Y allí estamos nosotros al fondo de una sala sentados en unos bancos de metal mirando a un charlatán, perdón, quiero decir a un Sr. Experto boticario, que nos enumerará todas y cada una de las cosas que tiene en la tienda.
Y allí empezó la venta, que si aceite de Árgan, que si baba de caracol, rosa Mosqueta, aceite de cactus, hierbas para cocinar, hierbas para respirar “como vivaporú”…
Por mí «el hierbas» podía seguir hablando un rato más. Total estábamos sentados… Pero el tema ya se iba caldeando y los jabones tuvieron un existo abrumador, así como los aceites, kohl y rosas mosquetas.
Pensé que en este grupo nos íbamos a dar la vuelta por donde vinimos y listo, pero para nuestra sorpresa ¡casi acaban con la existencia de rosa moqueta y aceite de cactus de Marrakech!
Por si había dudas, Oruga se llevó el “vivaporú” en semillas para masticar cada mañana como mucho 7. Pasado mañana ni se acuerda… Y yo no sé cómo le vamos a explicar al señor de la aduana que esto no son semillas de polen…🤔
Yo me llevo aceite de argán y un pintalabios en cerámica que por lo visto lo mojas y es una especie de tinte para los labios. Ya os contaré, porque no le veo mucho futuro a esto tampoco.
Nos vamos a comer, porque toca, porque hay hambre y porque es el momento de pagar a Alí lo que creamos conveniente y dejarle partir con otro grupo.
Antes de sacar el dinero Oru me recuerda que haga el cambio bien, en alusión a aquella vez que me lié y le di una verdadera miseria a una guía fantástica de Budapest, para que no me vuelva a pasar. 🤦🏼♀️
Alí nos ha recomendando varios sitios para comer. Uno de ellos de empanadas tradicionales metido en el zoco, pero hace demasiado calor y decidimos acercarnos a otro de los que nos ha indicado. Bueno no sé cómo será el resto pero este es europeo del todo, a pie de calle y con la carta escrita en letras Disney. Hombre ni un extremo ni el otro… ¡Alí céntrate que se te seca el cerebro con tanta Maria Teresa Campos
Nos decidimos por el Naraj, un sitio chulísimo y aunque el interior es genial, nos vamos directos a la terraza porque somos masocas.
Hace calorcete, pero se está bastante bien. La terraza es muy bonita y para el sol que hay no nos podemos quejar. Como somos unas bestias pardas nos pedimos para comer lo mismo que si fuéramos 4 así que entre que todas las ensaladas llevan pepino y la comida hipercalorica nos dejamos la mitad. Parece que no estamos consiguiendo nuestra meta de comer como humanos normales… Nos hemos merecido una siesta, o al menos un descansito.
Hacemos nuestro checkout y Hamza no tiene cambio, así que le dejamos a deber dinero. Esos somos nosotros, ¡debiendo dinero hasta en África!
Quedamos con él en pasar luego a pagarle y nos acompaña a nuestro Riad de hoy que se encuentra a menos de 1min andando del suyo: Riad Aquarelle.
El dueño es menos ameno que Hamza pero nuestra habitación es enorme en la parte de la terraza y limpia. Así que tras reservar en el Hammam Amouna un baño para pareja con masaje de 40 minutos para esta tarde, nos tumbamos un ratillo y le ganó una partida al Rummikub (¡gracias Iago y Fani!) a Oruga, que las 6 horas de esta mañana nos han dejado un poco cansadetes…
El Hamman Amouna está metido en una calleja de esas por las que no entrarías solo ni de coña, pero en Marrakech te tienes que quitar esos miedos porque sino te quedas en el hotel. Tras dos vueltas de reconocimiento encontramos el tímido cartel que nos indica que esa puerta diminuta sin luz es nuestro Hamman. Parece cerrado, pero unas chicas del portal del fondo nos instan a llamar así que eso hacemos.
El Hamman es el baño típico de aquí. Mientras en Europa cubrían la mierda y los olores con polvos de talco y perfumes, nuestros amigos acudían a estos baños a lavarse como dios manda. Los auténticos son baños divididos para hombres o mujeres. Consisten en pequeños baños a los que te llevas tu guante exfoliante, tu champú y tu jabón negro. Entras desnudo normalmente en el caso de las mujeres y con calzoncillos en el caso de los hombres. Es común que dentro algún otro usuario se ofrezca a ayudarte en tu baño para que tú hagas lo mismo con el suyo, no es algo raro ni sexual, es una cuestión de física, hay sitios a los que no llegas bien.
Dentro de los baños hace un calor de mil demonios; lo que viene a ser una sauna ligera, hay un par de tinajones o fuentes que se usan para lavar y acalarar ¡y en eso consiste el baño! ¡En lavarse! 😂
Como los guiris somos así, tenemos nuestra versión adaptada y a esa vamos nosotros hoy. (De no ser por esta versión Oruga jamás me hubiera acompañado 😬)
Al llegar al Hamman nos reciben las chicas y nos hacen pasar al vestuario para ponernos un albornoz y unas chanclas de «usar y usar más veces» (quedaros con las vuestras mejor) y un tanga de usar y tirar de esos que te cubren los lunares solamente.
En el caso de los hombres no hay tanga de huevos colganderos sino que dan una especie de pantalones de running de usar y tirar.
Después de eso te pasan a una sala con dos camas como de lavar cadaveres con unas esterillas y ¡ahí empieza el recorte!
A mí me pareció una gozada y me dejó nueva. Mi chica me quitó hasta los tatuajes. Duele un poco, pero solo eso, un poco. Y te saca roña que tú como humana limpita que crees que eres no tienes. Miro a Oru, parece que está encantado. 😱
Después de acabar con el refriego completo te pasan a la sala de masajes para acabar con un masajito relajante que te deja como nuevo.
Cosas en contra:
- Si eres muy puritana no es tu lugar. Te exfolian entera, y cuando digo entera es que tus tetas y tus pezones también van a ser exfoliados. Tus ingles y tú culo son sitios exfoliables. También vas a ser enjuagada y masajeada de la misma manera, tenlo en cuenta.
- Si eres muy escrupuloso, recomiendo pagar más por otro Hamman más pijo. En este la esterilla la hemos usado varios, el guante también y el guante con el que te exfolian hasta los pies es el mismo que te ofrecen pasarte cuidadosamente por la cara. Así que no te extrañes si mañana tienes pie de atleta en las mejillas 😂Nosotros después de bañarnos en Madagascar y beber agua no potable en Florida ya nos atrevemos con todo, pero eso si yo muy digna, ¡no me pongo las chanclas de otro! 😂😂
- Las chicas que te esperan sin pedir pero si mirando fijamente justo en la puerta del vestuario. (Ya había leído que hay que darles propina, así que ya la llevábamos preparada)
Oru sale encantado como yo, así que yo salgo el doble porque eso quiere decir que ¡podemos repetir baño! El masaje bien, pero lo que merece la pena es la paliza a exfoliarte que te deja como sin estrenar.
Una vez fuera del callejón nos permitimos una vuelta tranquila por el zoco admirando sobretodo los inmensos apliques y lámparas que no vamos a comprar porque no nos podemos llevar.
Acabamos cenando una pizzas caseras de masa de pan de aquí, en el café de la France escuchando el bullicio de la plaza y muy atentos a los cuenta cuentos callejeros, que aunque cuentan sus cuentos en arabe y no nos enteramos de nada, te dejan embobado con sus músicas casi tribales y sus cánticos y movimientos.
Nos despedimos de la plaza esquivando como podemos a las “artistas de la Henna” que a la que te despistas te han dejado como un maori y a los trabajadores de los restaurantes callejeros que te repiten el número de su puesto bastante amablemente con la vaga esperanza de que vuelvas en un rato. (Son las 23h a que hora piensas que se cena? 😝)
Los encantadores de serpientes siguen haciendo sonar sus notas ante unas serpientes bastante drogadas en espera de algún turista rezagado que se haya quedado sin la foto de recuerdo.
No Iba nombrar a los Hijos de Puta que tienen a los monos encerrados en jaulas de 30cm todo el día y que cuando los sacan es para tenerlos atados por el cuello con unas cadenas cortas, de dos dedos de grosor que no les dan ningún movimiento. Les ves intentar quitárselas, soltarse, intentar irse y por supuesto como respuesta a todo esto reciben un buen tiron de cuello en el mejor de los casos. A estos cabrones les deseo una vida de mierda y una muerte en soledad lenta y dolorosa, así sin acritud…
Con mucha más energía que a las 16h nos vemos leer un poco y dormir.
¡Hasta mañana!
Información práctica.
- Tour Civitatis: 15€
- Herbolistería: 16€
- Comida Naranj: 26€
- Hamman Amouna: 50€
- Riad Aquarelle: 40€
- Cena Cafe de La France: 20€
Una respuesta a «Día 2. Visita a Marrakech.»
[…] o era su primera guía; ¡hay cosas a las que no hay que ponerle tanto énfasis buen hombre! Esto te lo cuenta Alí y ni te molestas en acercarte. […]
Me gustaMe gusta