Son las 6 am y yo a veces creo que le he hecho algo malísimo a alguien y por eso el karma me castiga con despertares de mierda. Yo parezco un dibujo japonés porque soy incapaz de abrir los ojos y Oru que no sufre de ese problema ya está nervioso por si perdemos el avión que sale a las 9:25h.
Solamente 15min nos separan del aeropuerto y a esas horas aun no hay carros de cebús por la calle ni taxi brousse iniciando la ruta, así que llegamos al aeropuerto para ser los segundos de la cola.
Veo la cara de Oru, él quería ser el primero, pero no ha habido suerte, quédate con la medalla al primero en llegar al ferry en NZ y no sigas luchando por un mejor puesto.
Los otros viajeros están en una cola que pone Air Madagascar embarque preferente, pero eso nos da igual por mucho que lo ponga bien claro nosotros no somos de esos que hacemos caso a los carteles que indican perfectamente lo que ocurre en una ventanilla, allí nos vamos a quedar porque en la otra ventanilla no pone nada. Y porque somos como marmolillos!!
Mientras esperamos vemos como pesan un transportin grande, como los que se llevan para transportar los animales de compañía en el avión, dentro tres pequeños lémures de cola anillada se agarran a los barrotes con esa carita de perro pachón que ponen ellos.
La acompañante del transportin nos explica que los llevan a una reserva para reeducarlos y poder dejarlos mas adelante en libertad, porque los han recuperado de una casa donde los tenian atados en el “jardin”. Inmediatamente recuerdo el poblado del bar Epi, quizá sean los mismos que tenían encadenados al poste de la casa, o quizá sean otros que por ahora tienen mas suerte.
Con nuestras mochilas en la cola que no nos toca, salimos por turnos a fumar, dar una vuelta por las tres tiendas del aeropuerto… Las ventanillas las abren a las 8h y sospecho que no le damos ninguna pena al Sr que está detrás de la ventanilla haciendo nada, y por eso no va a abrir antes para nosotros. :)
¡Me equivoqué! a las 7 y media mas o menos ya hay mas vazah (casi todos éramos vazah) en el aeropuerto y todos se han colocado en la otra cola, así que yo muevo las mochilas a la nueva cola y dejo a Oru en la de preferente, no vaya a ser que hayamos venido casi a abrir el aeropuerto y ahora nos quedemos en tierra!
Si que le hemos dado pena al hombre y abre la ventanilla, ya tenemos las tarjetas de embarque y nos podemos ir tranquilamente a desayunar!
Pasar la cola de seguridad aquí es como poco cómica, 4 hombres dispuestos en fila tras una mesa hacen las veces de arco y escáner. Básicamente abren tu mochila de mano y cotillean todo lo que llevas dentro, en nuestro caso se quedan con mi precioso mechero, porque al mechero feo que casi no funciona no le hicieron ni caso. Son los descolocadores de mochilas, porque cuando pasas “seguridad” ya no hay forma de que cierre.
En la sala de espera hay dos tiendas mas, que para hacer tiempo echamos un vistazo. Estás son baratas, lo digo por si os falta algún suvenir, que es lo único que venden.
Ya tenemos que montar, y nos dirigimos por en medio de la pista guiados por nadie hacia las escaleras del avión de hélices de Air Madagascar, que para mi tranquilidad parece bastante nuevo. Justo antes de llegar ¡nueva revisión! ¡Joooo pero si acabo de colocar la mochila!!!!!!
Esta vez es un control solo personal, tienes que quitarte la chaqueta, dejar la mochila en el suelo y dejar que te pasen el escáner de mano por delante y por detrás, da igual que pites, su trabajo es simplemente pasarte el escáner.
No es por ser quisquillosa, pero voy a serlo…
En el primer puesto te miran la mochila, pero la bomba, la pistola, el cuchillo de carnicero, el arco y las flechas las puedo llevar en la cazadora,¿no? y el segundo puesto es para ver que he metido todo lo anterior en la mochila porque te van a revisar solo el cuerpo…
¿Solo yo veo carencias en este método?
Leyendo plácidamente pasa la hora que nos separa de Antananarivo y unos 20min después de llegar ya estamos en la puerta con nuestras mochilas.
Los señores taxistas ya nos la metieron doblada la primera vez cuando llegamos, así que esta vez vamos a ir los 4 en un mismo coche y vamos a pagar menos que la otra vez. Esta es nuestra máxima y vamos a ver si lo conseguimos en los primeros taxis sin tener que ir a los de fuera del aeropuerto en los que se puede regatear sin problema.
El primer taxista nos pide 50.000ar y le decimos que no, nos pregunta que cuanto y le decimos que 35.000ar, así que todo rebotado nos dice que nos vayamos en autobús. ¡TE VOY A DAR UNA HOSTIA CACHO CABRON QUE VAS CRECER HASTA LLEGAR AL MÍNIMO PARA PODER MONTARTE EN UNA ATRACCIÓN DE FERIA, ENANO DE LOS COJONES!!
Quiero decir, vale tu te lo pierdes maleducado. Yo me iré en bus pero tu vas a pasarte aquí la puta mañana sin tener un cliente al que llevar.
En el aeropuerto ya van pillando la diferencia entre español e italiano, y un par de conductores nos han calado y lo han comentado de forma que les he entendido. Así que me he girado y les he dicho, españoles si, y tu malgache?
¿He dicho ya que la gente relacionada con el turismo no me cae nada bien y hacen empobrecer socialmente la visión general que se tiene de algunos lugares y sus gentes?
Avanzamos hasta el inicio de la cola donde se acerca sonriente un chico con los papeles que se han impreso en su casa para darnos el precio que quieran. Esta vez ni lo miramos, empiezan por 55.000ar y tras dejar atrás a un par de ellos (que luego se han arrepentido) nos vamos en un taxi por 40.000ar.
La otra vez estuvimos en la desastrosa Tana era domingo, así que no pudimos apreciar cuan desastrosa es y cuanto tráfico tiene, hoy es viernes así que nos lo comemos todo y tardamos una hora y media en recorrer el trayecto hasta el Hotel Sakamanga. Aquel en el que estuvimos tomando una cerveza a la ida y que era muchisiiiiimo mejor que en el que estábamos nosotros con las escaleras del pánico.
El camino pasa lento, entre acelerones y paradas a causa del tráfico, los laterales de la carretera mal asfaltada se llenan de las ya conocidas prendas de ropa tendidas sobre el suelo de hierba o tierra y Oru vuelve a plantear la misma pregunta que ha hecho durante todo el viaje ¿Por qué no ponen una cuerda y lo tienden? Supongo que porque el suelo es gratis y la cuerda no, o porque es costumbre y punto.
Pasamos por el nuevo Hospital, que mas vale qu eno te pase nada, porque recorrer el tramo hasta el te pueden haber dado tres embolias y dos infartos. Nos llama la atención que ponga “hopital” y no hospital, pero no sabemos si es que en malgache se dice así o si es que se comieron la “s” y aun no se han dado cuenta.
El resto hasta llegar al lago está plagado por arrozales inundados, que deben de estar tan explotados que han reducido considerablemente la altura entre la carretera y los campos de cultivo.
Llegamos al Sakamanga y no tenemos reserva, así que estamos cruzando los dedos para que tengan hueco, no se ve mucha gente, pero puede ser que estén todos duchándose con agua caliente o tumbados encima de las blancas sabanas de las habitaciones.
Los primeros en pedir habitación son Mikel y Mónica, tras un rato en recepción diciéndoles que no les quedan habitaciones baratas consiguen que les dejen la habitación al precio que la habían pagado a la ida, unos 20€.
¿No jodas que aquí también tenemos que regatear? Estoy ya un poco cansada del timo de la estampita pero acordamos decirle al recepcionista que nos habían dicho el precio en la ida y que no pagaremos mas, a malas podemos volver al hotel de las escaleras del infierno.
Tras decirle a Oru que la habitación son 53€ (pero no ves que venimos cuatro y a estos se la has cobrado a 20€? ¿Qué clase de memoria tienes? ¡Si han pasado menos de 30 segundos!) creo que es obligación aquí en Madagascar intentarlo, si cuela bien y si los grupos hablan entre ellos ajustas la pasta y listo, así que nos quedamos con una habitación por 22,85€ (80.000ar).
Estamos en la otra parte alojados, en la que no da a la piscina, al abrir la puerta de la habitación me he emocionado! Oru se está haciendo el fuerte, pero casi veo una lagrimilla salir de sus ojos. Al abrir la puerta del baño ya si que casi lloro, ducha con agua caliente, presión, limpia y water con tapa, nuevo, limpio y coronado con dos rollos de papel higiénico. Como cambian las cosas en tres semanas, eh??? :P
Además Oru le ha dado el visto bueno a la mosquitera (como para no) y hoy será la primera vez que durmamos sin el saco sábana, que el pobre en cualquier momento va a salir andando solo de la mochila.
Pongo la tv, no por querer verla, sino porque tengo curiosidad por como será la programación malgache, cuatro vueltas haciendo zapping después la apago, no hay ningún programa ni serie en malgache es solo televisión francesa.
Tenemos que coger aun un par de regalillos que nos faltan y gastar el dinero que nos sobra, si no lo gastamos hoy pues lo gastaremos en el aeropuerto mañana.
Tres semanas en Madagascar han hecho que lo que nos pareció al llegar una caótica ciudad, llena de mierda y bastante peligrosa (peligrosa, peligrosa tampoco, pero poco fiable si) hoy nos parezca una ciudad grande malgache sin mas.
Por lo que recorrer el centro nos resulta hasta apetecible ya que lo poco que vimos el primer día no nos dejó hacernos a la idea de lo viva que está esta ciudad. Viva no es igual a Paris o New York, aviso.
Nos dirigimos al centro y vamos recorriendo los soportales de la parte de baja de la avenida de la libertad, viendo las tiendas aquí y allá. Curioseando, porque es curioso. Las tiendas son tiendecitas normales, en este lado sobre todo de pequeño electrodomestico, accesorios de casa y cochecitos y similares para bebés, todas ellas siguen el mismo esquema, la tienda está abierta, pero enfrente de la misma, en la calle, están expuestos a modo de stand expositor la mayor parte de los productos, con lo cual lo que de lejos se ve como un mercado en realidad son los escaparates callejeros de las tiendas.
Seguimos recorriendo y encontramos la parte de discos y dvd (también existe la parte de programas de ordenador piratas enfundados en cutres plásticos y con la fotocopia delante para que veas lo que compras) y sin dudarlo en cuanto un chico se acerca a nosotros Mikel se gira y le tararea la canción que ellos tienen como “himno” de su viaje, sorprendentemente el chico reconoce la canción en un segundo y lo adelanta para enseñarle sus grandes hits, tras el obligado regateo Mikel muestra orgulloso su trofeo.
Elegimos para comer un sitio en la misma avenida con menú y por si esto no nos gusta, pizza. Por fuera tiene la misma pinta dudosa que casi todos los sitios, pero al adentrarnos y subir las escaleras la cosa se pone peor. Están reformando y subo temiendo que me voy a encontrar otro animal indeseado en el ascenso. Cual es nuestra sorpresa cuando al llegar arriba encontramos un restaurante enorme, luminoso, con grandes ventanales y buena decoración. ¡Parece que hemos acertado!
Sin tomar café nos vamos al super, queremos conseguir alguna monedita y comprar agua. Es un super normal y a pesar de que no hay que regatear si que hay que andar listo con la vuelta, ya que aunque tienen monedas no les dan ningún uso así que a la hora de pagar 1.520ar te cobrarán 1.600ar, ¡ay por dios que coñazo de sitio! A Oru le han cobrado de mas (que esos 0,60ar es una cantidad ridícula, pero coño si sabes que no usáis monedas pon 1.500ar o 1.600ar!!!!) así que yo le pago de menos por si cuela, y cuela, la cajera ni se inmuta, supongo que a base de céntimos que tres o cuatro personas al día les paguen de menos no importa.
Nos adentramos en el mercado que se situa en la calle paralela aunque sabemos que allí no vamos a encontrar mucha cosa, porque es un mercado pero en realidad es como una calle de tiendas, ropa, zapatos, mucho material escolar porque está empezando la vuelta al cole, algunos sitios con comida y poca variedad mas aunque la calle es muy larga. No es nuestro sitio, porque estamos buscando suvenirs, pero sigue teniendo su aquel ver todo el batiburrillo de personas caminando de un lado a otro.
Aquí el tema de los coches y la conducción es casi peor que en el resto del país, que ya es malo. En resumen el peatón es solo un bulto incómodo que se interpone entre el conductor y su destino. Si hay que atropellar, golpear, empujar, acojonar o evitar frenar se hace, es el peatón el que tiene que apartarse y si hay algun percance no verás de ninguna forma que el conductor dedique nada mas que una mirada como diciendo: ¡Haberte quitado imbécil!
Hemos comprobado viendo como una camioneta le daba una hostia en la cabeza a un bebé que iba en brazos de su madre, el bebé llora y llora y el conductor ya está casi en Tulear. No digo ná y te lo digo tó.
Tras terminar con las compras cerca del hotel dejamos a Mikel y a Mónica comprando esencias y nos vamos al hotel, yo llevo horas soñando con esa ducha y voy a aprovecharla! Ademas ya son casi las 19h y aquí las calles se convierten en calabaza cuando cae la noche.
He hablado de los señores del turismo y hay que hacer mención especial a los camareros del bar piscina, que son capaces de hacerte esperar media hora (no exagero) para traerte una cervecita, eso contando con que el cuenta con que si me sigue ignorando desistiré, este no sabe que ya es nuestro ultimo día y que yo no me voy sin la ultima cerveza malgache por muy borde que sea y muy malas formas que tenga. (Creo que no es de aquí del todo, sospecho que su madre es de Seychelles)
Mientras disfrutamos de la cervecita en la terraza arropados por una mantita una rata hace su aparicion estelar sin ninguna intención de salir a la carrera en la mesa de atras. Yo me muero ya, no hacia falta que se despidieran otra vez que ya lo hicieron en Tulear!
(Nota: Añadir esta rata al listado anterior de animales potencialmente infecciosos de ayer)
Yo ya no estoy contenta, hace fresquito y ademas los camareros esos que antes no nos veían ya han comenzado a recogernos alrededor.
Tras cenar y pedir la cuenta, otro momento con los camareros, esta vez por la cuenta y un lío extraño con los tickets que traía y que no son capaces de separarte las cuentas y cargarlas a la habitación.
Dormir en sábanas limpias, blanquitas y planchadas es un placer que no se reconoce lo suficiente.
Zzzzzzzz