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Dia 8. Parque Nacional Tsingy de Bemaraha

El parque tiene dos formaciones geológicas: el Gran Tsingy, al que iremos hoy por la mañana, y el pequeño Tsingy (se mataron con el nombre…) al que iremos por la tarde. Ambos en reserva natural de Tsingy de Bemaraha, que es patrimonio de la UNESCO.

Los tsingys son mesetas cársticas (buscad en Google o diccionario geológico) en las que las aguas subterráneas han socavado la tierra y han creado cavernas y fisuras en la piedra caliza, formando cañones.

(En cristiano lo más destacable es que han dejado la piedra desgastada horizontal y verticalmente creando picos escarpados en las piedras.)
Desde el aire, como hemos podido comprobar en fotos aéreas la composición es impresionante, ya que se ven grandes «calles» (cañones) entre las formaciones, de modo que parece una ciudad estructurada, llena de grandes rascacielos.
En la época lluviosa hay zonas en las que se hace espeleología, y corren pequeños canales que van a dar al río Molombao (creo que se llamaba así, es que tengo memoria de pez!).
Tsingy significa: Lo que no debe pisarse descalzo… Para que os hagáis una idea de como es.

También pienso en quién le puso el nombre, porque esto quiere decir que el primero intentó hacerlo descalzo y se dejó los piños y los dientes, y el segundo que es el que iba con unas Salomón estupendas fue el que le puso el nombre.
El color de la piedra es gris, y visto de canto se asemeja a la piedra pizarra de los tejados (para que os hagáis una idea).
Hasta aquí os informa mi interpretación personal de la guía física, mi francés imaginario, lo que le he entendido al guía que iba 10m por delante del grupo y las fotos que he visto de un hombre francés que se tiró aquí la vida para fotografiarlo todo requetebien para que los demás tuviéramos una idea general bastante buena, porque lo que es Max y el guía (alias el trazador de caminos) del parque no es muy útil… O nada útil.
Como ejemplo: ayer hablando del Tsingy con Max y el guía del parque por la noche, nos dijeron que era un PASEO fácil, que lo haría hasta su padre (supongo que su padre es Calleja) y que la gente que quisiera podía escalar 20m para llegar al mirador que estaba en lo alto, pero que no era obligatorio.

Así que yo me quedo mas tranquila y disfrutaré del Tsingy sin escalada, por eso de la torpeza y el miedo a morir despeñada…
A las 6:15h nuestras pequeñas amigas nos están sirviendo el desayuno, que al igual que el resto de los días consta de pan, mantequilla, mermelada de azúcar (digo azúcar porque es mas dulce que un hijo de Tarta de Fresa, dibujo animado, y Winnie de Poo y no le saco el sabor a ninguna fruta conocida), café de cagalera inmediata, té, leche condensada y un huevo frito! El primer día te pones tibio, el tercer día ya sabes a que atenerte y cuales son las consecuencias, así que vas con cuidado, y si te atreves con el café te aseguras de que el camino hasta el «water-agujero en el suelo» esté despejado.
A las 7 las tiendas y las mochilas ya están en el coche y el coche que nunca se apaga por miedo a que no vuelva a arrancar, en marcha.
El camino es un infierno de arena y socavones, que tardas en recorrer unas 2h.

De camino vemos todos los campings y hoteles en los que podíamos estar alojados y no estamos…

La razón: a Max le gusta que hagamos popó en un agujero en el suelo, nos duchemos a calderazos de agua helada de río y olamos a humano y no asépticos, que por lo visto aquí dicen que los Vazah no tenemos olor…

Claro! Porque nos solemos duchar con jabón y agua potable… Pero te invito a que vayas a Barcelona y cojas el metro un miércoles en hora punta, veras si olemos o no..

El caso es que la diferencia entre tener ducha o no son 3€ por noche. Nuestra acampada libre cuesta 1€, y el camping que está pegando y tiene baño, ducha de agua fría y luz, 4€.
Lo nuestro es mas autentico, poca gente puede decir que se encuentra con gallinas en la puerta de su tienda, o que es escoltado a hacer pipí por 6 niños pidiendo caramelos, sean las 3 de la mañana o las 6… 😜
En el pueblo recogemos a nuestro guía por el Tsingy, que tiene el mismo ingles que Max pero este al menos abre la boca para hablar, viene cargado con unos arnes que han conocido años mejores, y que personalmente creo que los ha comprado en «humana».
Al llegar al parque nos manda ponernos los arnes y dice que si no queremos llevarlos puestos que lo llevemos en la mochila.

Cuando digo que nos manda ponérnoslos quiero decir que no ha movido un dedo para explicarlos como hacerlo ¿? Que le pasa a los malgaches que se dedican al turismo????
Yo había usado uno para la despedida de Annita, así que lo básico me lo sé, y Mikel y Mónica son unos expertos, así que nos ayudan a ajustarlos.
En el parque es obligatoria la entrada (50.000ar) Xxxxxx y llevar guía. El guía aun no se si nos servirá, pero la entrada no nos la ha pedido nadie. Más que nada porque la entrada al parque la marca un cartel, ni caseta ni punto de venta de entradas… A un lado en un caminito se sitúa un baño típico malgache (agujero en el suelo).
Ya estamos! Así que entramos al parque, los primeros metros son totalmente áridos y despejados, apenas unos arbustos y cuatro arboles beige (para aquellos que solo vean en 16 colores, el beige es el color del que se ponen los calcetines blancos tras haber ido a la playa con ellos).
Nos desviamos hacia los árboles y allí escrutamos las ramas en busca del camaleón que nos señala sin mucho atino el guía.

Es muy chulo, mueve los ojos de un lado a otro como un dibujo animado sospechante! Pero es marrón-beige con notitas blancas al igual que el árbol que ocupa y yo me muero por ver uno verde con motas de colores vivos!!

No sé como será el ego de los camaleones, pero a una media de 100 fotos por minuto el de este va a subir mas que el de una Kardashian (la familia de culonas famosas por nada que salen hasta dándote un trozo de papel de water).
Nuestra ruta es de 4h y difícil (menos mal que la haría hasta el padre del guía) y después de dejar atrás al camaleón de otoño (por los colores) llegamos al tramo boscoso.

Así sin más nos vemos rodeados de un montón de vegetación y altos árboles  con las raíces saliéndose y retorciéndose. El camino esta bastante marcado y la pendiente es poca, así que no hay problema en seguirlo. De repente el Guía sin nombre (no le entendí cuando se presentó y después tampoco tuve interés en ocupar parte de mi pequeño cerebro en recordarlo) nos muestra unos árboles y oímos el movimiento de algo y vemos hojas cayendo. Esto es señal inequívoca de que un lémur anda suelto.

Efectivamente, en lo más alto del árbol que tenemos enfrente un lémur marrón descansa tranquilamente, al poco vemos a su vecino, que salta de un lado al otro sin darle tregua a nuestro objetivo.
Unos 15min después llegamos a lo que es propiamente el Tsingy, grandes rocas grises y picudas se levantan sobre nosotros.

El guía sin mirar atrás comienza a subir sin gran dificultad.

Los demás nos quedamos atónitos, y yo en particular estoy flipando en 6 colores diferentes, por lo visto para ver el Tsingy hay que escalar por cojones. El tema de si no quieres no tienes porqué escalar se traduce en:

Si quieres ver el Tsingy escala como puedas, si no quieres hacerlo puedes esperar unas 4h, hora arriba minuto abajo acompañando al lémur en la parte del bosque.
Como no hay mas narices comenzamos la escalada, y dos metros nada mas empezar me pego una hostia en medio de la espinilla con una piedra, cuando acabo de bajar a todos los santos del cielo malgache el morado ya está allí con tonos rojizos y ocupa más de la mitad de la espinilla. Ñiiiiii
Voy bien escoltada, delante llevo a Mikel que va muy pendiente de Oruga y de mi, para que no los despeñemos, lo cual agradezco mucho, porque así veo donde poner los pies, y detrás llevo a Oru velando por la seguridad de mi trasero. 😁
El primer tramo no es demasiado difícil, las rocas tras su apariencia de bisturí no cortan al tocarlas y es bastante fácil agarrarte a ellas, el suelo no resbala, se deja pisar bastante bien y hay rocas apuntaladas a modo de escalones para que no se muevan y la subida sea más sencilla.

Yo ya no puedo sudar mas, ni estar mas congestionada. No es el esfuerzo en si, que requiere bastante agilidad y fuerza en pies y brazos, es mas bien el acojone que llevo que me tiene con la adrenalina a tope y atenta a cualquier punto del camino.
Acabado el primer tramo llegamos a una pared, hay unas escaleras de metal sin pintar desde hace años y una línea de vida…

Estará de coña no?

Creo que se me ha helado la sangre y me giro para ver a Oru, su cara es un poema, esta flipando y sabemos que ya no hay vuelta atrás.

Intercambiamos los puestos, para que si yo me despeño no me lleve a Oru conmigo y seguimos los ánimos de Mikel por la pared que tendrá apenas unos 30-40cm para poner los pies y rodearla.
No puedo decir que disfrutará de la belleza del Tsingy como se merece, que es mucha y menos aún cuando nuestro siguiente paso fue entrar en una cueva y pasar entre paredes por las que mi mochila y yo no entrábamos a la vez (vale soy grande, pero aún así el espacio era estrecho). El frontal nos acompaña, pero yo no quiero ni mirar donde esta el final, solo quiero salir de aquella cueva claustrofobica.
Oru va mucho mejor que yo, su piel ya tiene el color marróncito que arrastramos desde hace varios días y le veo que dentro de lo que cabe está disfrutando.

Nuestro camino se repite una y otra vez entre escaladas que para mi son impracticables (no hablamos de Paredes verticales, pero hablamos de que si das un traspié te caes, te esmoñas y no lo cuentas) arriba y abajo.

En muchos tramos hay líneas de vida, en otros que yo considero que serían imprescindibles, el destino pone a prueba tu destreza!
Ya hemos subido bastante y llegamos al puente. Un puente colgante de unos 30m con algunas maderas juguetonas que no saben lo que es el paralelismo, soy la ultima, porque lo de que alguien haga la gracia y mueva el puente mientras paso haría que me hiciera pipí encima.

Mientras Oru pasa miro hacia abajo, no se cuantos metros hay pero si caemos no creo que llegue a contar mas de uno, porque las rocas escarpadas harían un trabajo muy efectivo.

Oruga que es un valiente posa parado en medio del puente para la foto, yo creo que tenía los huevitos como nueces, pero no dijo nada… 😏
Me toca, no quiero, pero no hay otra forma. Me engancho a la línea de vida y tiro pa’lante! No es el primer puente colgante, ni será el último. Las maderas se mueven bajo mis pies y yo me cago en el ingeniero que hizo los anclajes. No paro para la foto, solo continuo. Sin querer veo de refilón la caída y ya sin titubear acabo el tramo que me queda. Estos 30m se me han hecho como 500m!!
Llegamos a uno de los dos miradores, y desde allí tras la foto de grupo de rigor, vemos toda la parte Este del Tsingy, es muy chula, e impresiona bastante la morfología de las rocas y el color unificado de todas las formaciones.

El guía sin nombre nos muestra lo que ellos llaman el cocodrilo, que son unas piedras amontonadas al otro lado del cañón.

Señor guía, a lo que usted llama cocodrilo yo lo llamo martillo de Thor sobre conejo de indias, porque no hay forma de echarle la suficiente imaginación como para ver el cocodrilo…
Mientras observamos el paisaje el guía me mira y me dice «Tomato Vazah»…

Perdona?! Te he dicho yo algo de los tres únicos dientes que tienes? No, verdad? Pues no te metas conmigo!!
Muy a mi pesar, he de decir que tuvo gracia y que tenía razón, estaba congestionada a mas no poder.

Pero antes de meterse con mi tono lo lógico hubiera sido que me preguntara si estaba bien, no? Yo me congestiono enseguida desde siempre, y vuelvo a mi tono normal poco a poco a base de ronchas rojas y blancas, no pasa nada, no estoy muy guapa para las fotos, pero no me encuentro mal. El caso es que el no lo sabe y me podía estar dando una lipotimia!!
Bajamos riéndonos del Tomato Vazah que nos acompañaría durante todo el día y seguimos ascendiendo, nos queda llegar a otro mirador y al fin comenzaremos la bajada.
Después de un rato mas de hacer la cabra montesa ya estamos en el siguiente mirador, yo ya estoy mas contenta porque solo me quedan 2h o menos para besar suelo boscoso y voy bromeando con Mikel y Guillem que van justo delante. Oru me cambió el sitio hace un rato y ahora va el ultimo.
Entre risas oigo un «Hostia puta». Es Oru, vuelvo sobre mis paso y le veo arrodillado en el suelo, se ha pegado un coscoroton contra una roca. Me voy acercando a él para ver si está bien y de repente se quita la mano del gorro de explorador y veo una mancha de sangre importante, empiezo a correr hacia el, se quita el gorro y la sangre empieza a caerle por toda la cara. El pobre está asustado, mucho, y yo también, pero tiene que quitarse la mano para que pueda echarle agua y ver el estropicio.

Me temo lo peor porque las rocas son puntiagudas. Le siento y le echo agua, ya ha llegado Mikel hasta nosotros (el guía creo que estaba en Sevilla tomándose una cruzcampo), se ha llenado todo de agua y sangre, pero al fin veo la herida, y aunque es una raja importante no hay boquete, ni parece que haya piedras ni arenilla. El gorro le ha salvado de algo peor.

El chichón ya está allí y conseguimos pararle la sangre muy rápido, con agua y unos clinex, no tiene mala pinta, pero es una buena hostia.

El guía ya esta a mi lado y dice que no parece mucho y que si no tengo una tirita.

Mira el medico! Te voy a operar a corazón abierto sin anestesia y te voy a cerrar con grapas oxidadas!
Intentamos tranquilizar a Oru, que es lo mas importante. Ponerle la tirita y mi gorra y asegurarnos de que no esta mareado, hay que bajar de allí y la única forma es la misma que la que hemos subido.

Allí nos quedamos sentaditos un poco y cuando Oru está más tranquilo llegamos arriba para ver el Tsingy desde el punto más alto al que llegaremos hoy.
El descenso es igual que la subida, pero con la cosa de que Oru no se maree y este tranquilo, una vez abajo se lo limpiaremos bien y le pondré los puntos de sutura de pegar (veis como no soy una loca por llevar un botiquín mas grande que la bolsa de aseo?), pero por ahora vamos bastante tensos.
Llegamos a lo que llaman la catedral, que es la parte baja del cañón por la que se filtra la luz del sol y donde se ven lianas y algún árbol, es muy bonito, pero las circunstancias no acaban de dejarnos disfrutar… 😖
El ultimo trozo es una forma de rizar el rizo, hay una especie de cueva para la que no necesitamos linterna porque es corta y se ve el fin, pero que hay que pasar agachado y arrastrándose porque el techo es bajisimo. Salvamos cabezas, salvamos la cueva, ya solo queda llegar al punto de retorno pasando por unas cavidades más estrechas y bajas aun…
Al fin fuera y al fin de pie!!!!
Aquí tenemos que decidir si hacer la ruta «B» que nos llevará otras 2h mas y que a pesar de lo que diga el guía sin nombre no es apta para claustrofobicos (él está hablando de espaldas al cartel que dice que es difícil y que no es apta para claustrofobicos).

Finalmente reconoce que es «corta» pero que hay que reptar un poco agacharse y pasar por zonas angostas…

El hombrecillo no quería decírnoslo porque si aceptábamos, esto no esta incluido en la ruta inicial y son ariarys extras para él.

Yo lo entiendo señor guía, pero tiene usted en su grupo a un herido, al que no le ha hecho el más mínimo caso y que quizá y solo quizá debería limpiarse la pupa. A lo mejor debería dejar de dar por culo con la siguiente ruta de los cojones!!!
Oru y yo no lo vamos a hacer, pero estamos dispuestos a esperar al grupo mientras lo hacen. Ellos tampoco quieren y nos ponemos en marcha. Justo antes de encarar el último tramo llega el grupo que había entrado al parque con nosotros, el de «la cacas» y la italiana guapa, les pregunto si alguno es medico y/o enfermero y resulta que la italiana guapa si lo es.

Amablemente le echa un vistazo a la herida de Oru, le hace la prueba de reflejos para ver que no se ha quedado mas lelo y nos da las instrucciones para curarle.

Oru ya respira mejor, no se si porque la Italiana le estaba haciendo caso o porque le ha dicho que no es una gran pupa. Él dice que por lo segundo, sea por lo que sea hace el ultimo trozo mas contento!
Hemos llegado a la zona de bosque otra vez y unos metros antes de salir del parque unos lémures blancos (en unos sitios los llaman lémures sedosos, pero no se como se llaman realmente) hacen nuestras delicias y posan para nosotros con su cara curiosa (cuerpo blanco, cara y patas negras).

Antes de llegar al coche Oru y yo hemos decidido que le van a dar al Little Tsingy por la tarde y al camping sin agua corriente esta noche. Vamos a parar de camino a comer en los campings con bungalows para preguntar el precio y nos quedaremos hoy para conseguir una ducha y que el paciente se recupere con tranquilidad.

Paramos en el Xxxx son 12€ la noche en un bungalow para dos, con baño exterior grande, limpio, con ducha con presión normal y agua caliente, y piscina!! Así que allí volveremos después de comer!!
El bungalow está requetebien y la ducha que se ha dado Oru aun mejor!

La cura está hecha, los puntos puestos y tapado todo para que no se infecte. Ya mas tranquilos pasamos lo que queda de tarde en la piscina, yo flotando en agua estancada (vigésimo cuarta vez que incumplimos las normas de visita a Madagascar) y Oru leyendo en una hamaquita.

Cenamos en el hotel y aprovecho para echarle un ojo a un gran libro de fotos superchulo y de paso a recopilar información de los folletos que tienen por allí.

Antes de irnos a la habitación le pregunto a un grupo de tres madrileños si alguno es medico, quiero asegurarme de haber puesto bien los puntos, pero esta vez no hay suerte, 😢 Aunque la hay porque tienen betadine y me lo van a dejar para rematar la cura.

De camino a la habitación nos encontramos con otro grupo y refórmulo la pregunta, esta vez hay suerte, hay varios médicos y enfermeros entre ellos y uno con pinta de querubín grandote se ofrece a echarle un vistazo, además nos sorprende hablando en español.
Todo Ok!! Hoy Oru tras la opinión de un profesional dormirá mucho mejor (y yo también)!!
Vazah Tomato y Vazah scarhead se despiden hasta mañana!

(P.D. Informamos que, al cierre de esta edición, 4 días después del accidente, no hay dolor, chichón, ni infección y que la herida ya convertida en un arañazo gordito evoluciona favorablemente y no habrá que amputar).


  
  
  

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