A las 11h tenemos programado nuestro crucero por los fiordos, así que nos da tiempo a levantarnos con mas tranquilidad y darnos cuenta de que el mismo chico que te da alojamiento en el camping, te vende las cervezas, limpia la cocina, recoge la sala, te vende la wifi, arregla las habitaciones de los apartahoteles y es el cajero del supermercado… Vamos que al principio pensamos que eran quintillizos!
A la hora en punto montamos en el barquito (el mas pequeño de los que había amarrado) y nos sentamos en lo que creímos era la parte de delante del barco, pero oh! Los barcos también giran! Parecia un crucero de españoles, estábamos nosotros dos, cuatro vascos y otra pareja un poco muda, pero también de españoles. La chica, que también se encargaba de la cafetería era, como todo el mundo aquí, supersimpatica y nos estuvo contando cositas acerca del paisaje y de los animales. Además de tener una extensa conversación con Oru mientras le ponía el café, acerca de que quería ir a España a buscar trabajo, etc… (no es el mejor momento ahora, pero tu misma!)
En Milford Sound llueve una media de 180 días al año, por lo que gracias a los glaciares que formaron los Lagos, al tipo de suelo y a las grandes montañas tienen muchas cascadas, hayedos y muchísima fauna, tanto terrestre como marina.
La gran cantidad de lluvia junto con el taino que es arrastrado de los bosques crea una especie de capa finita oscura, que hace que el agua parezca negra y limita la entrada de luz los primeros 40m de profundidad, eso hace posible que especies como el coral negro y las esponjas vivan junto a peces subtropicales.
Los fiordos, situados en Fiorland, son unas montañitas (enormesss!) que salen sin mas del agua.
Comenzamos nuestro crucero viendo pequeñas (comparado con lo que veríamos después) cascadas que caian sobre las rocas de la parte baja, el paisaje es increíble y la vegetación parece muy frágil sujeta por finas raíces a la vista. Los fiordos son altísimos y los barcos y lanchas de otros cruceros se ven insignificantes al pasar entre ellos. El pico mas alto es el Mitre Peak, que se llama así por el parecido con las mitras de los obispos, y se eleva como 1700m casi vertical sobre el mar, se distingue bien, ya que preside todo nuestro crucero. Hace solecito, aunque el aire frío pica lo suyo, ya a lo lejos podemos distinguir las Stirling falls que son enormemente grandes y que son de las pocas cascadas que caen directamente sobre el mar.
Mientras oruga pedía el café, vimos (ver es ser muy optimista) una colonia de pingüinos que nadaba bajo el agua. Los pingüinos son muy esquivos, por lo que hemos podido comprobar y empiezan a caernos un poco gordos con tanto esconderse y con eso de tener unos horarios tan poco flexibles, por ahora los hemos nominado junto a los kiwis! A las que tambien vimos y a mi me caen muy bien son las foquitas (Oru sigue con su opa hostil a las focas) que se prestan a fotos y vídeos, tan panchas tiradas en las rocas!! De camino vimos un delfín saltando alegremente por el agüita! Veis kiwi y pingüino?? No es tan difícil ser amable con los turistas!
El crucero da la vuelta en el mar de Tasman, y la abertura al mar es espectacular! De vuelta el capitán del crucero nos parò justo debajo de la Stirling falls, y la fuerza del agua en la caída es muy bestia, apenas pudimos echarle un vistazo, hacer un par de fotos y huir junto al resto de los cruceristas que ya están dentro del barco. Aun así y con el poquito rato que pudimos estar debajo fue como si nos ducháramos con ropa y todo (y el agua helada!)
Una vez acabamos el crucero volvímos a por Wendy, para poner rumbo a Queenstown!!
El caminito era largo, pero hicimos un alto en el camino para hacer la comida, mientras Oru se echaba una merecida siesta.. Improvisamos un tendal estupendo para acabar de secar la ropa de la colada de ayer, que a pesar de pasar dos veces por la secadora estaba aun húmeda. Si hubiéramos gritado; malacatoooooones! La gente nos hubiera identificado perfectamente con una familia de gitanos, porque wendy tenia toda la entrada llena de perchas con la ropa tendida y una cuerda improvisada con un par de cordones con nuestra ropa interior…vamos de foto! (Mierda! No se la hice!)
Después de una carretera muy chula con ovejitas y Lagos, llegamos a Queenstown, una de las ciudades (pueblo) mas grandes que hemos podido ver hasta ahora, eso si muy turística. Queenstown se fundo como casi todas las ciudades y pueblos aqui, con la fiebre del oro, pero cuando se les acabo el chollo, se dedicaron al turismo, porque por su ubicacion ofrece tropecientas posibilidades para hacer deporte de riesgo ( yo lo llamo deportes de raritos con mucho tiempo libre y sin familia, es mas largo, pero yo creo que lo define mejor…)
Nada mas llegar, a eso de las 6pm fuimos corriendo al teleférico, que allí lo llaman góndolas… En fin… El chiringuito se llama skyline góndola y cuesta unos 15€/barba. Te sube por encima de un pinar hiperalto que enlaza el pico de Bob, con el pinar. Subiendo ves los «remarkables» que los las montañas que hay alrededor, el gran lago (esta vez sin nombre porque no me acuerdo) y el pueblo, toooodo superchulo! La subida da un poco de yuyu, yo lo pase peor en la carretera del infierno, pero parece que oruga es un poco mas sensible a las alturas cuando el continente (la gondola) va despacio, así que subió cagadete todo el camino. El asunto mejorò con el cartel de la puerta, que te decía que si te quedabas parado no te alarmaras, que cuando pudieran ya te salvarían… Joder pues con los horarios tan estrictos que tienen aquí si te quedas parado cuando los bomberos se hayan ido a su casa te quedas allí toda la noche tambaleandote!!! En la subida vimos un par de sitios para hacer bungy, puenting para que nos entendamos y finalmente llegamos a la parte mas alta. Allí tienen montado un chiringuito muy chulo con vistas al skyline de 180º, un restaurante, cafetería y una tienda de suvenirs, en la que compramos unos guantes, para que nuestras manos vuelvan a ser rosadas y no azules!! La vuelta ídem, pero nos dejaron un pelin parados en el medio del camino y a Oru cada se le sale la bilis por los ojos! :P
Como no nos apetecía cocinar buscamos un sitio y al ser posible desde el que pilláramos una wifi.. Como lo de la wifi no fue posible, elegimos una Pizzeria (The Cow) con muy buena pinta, de madera por fuera y dentro una gran chimenea, nos zampamos una pizza buenísima (la Mia, la de oru era un poco mas pasable)!! Era tarde y no había ganas de ir a un camping, así que cerramos cortinas y a dormir!!
ZZzzzzzz