Yo creo que no se le puede llamar madrugar a lo que hemos hecho hoy, y no porque levantarse a las 9:00h en vacaciones no sea un esfuerzo sobrehumano para aquellos que nacimos siendo la evolución de una cría de perezoso y marmota. Pero para visitar Bucegi Natural Park pues es un poco tarde…
Ayer analizando nuestra ruta decidimos que si el tiempo de espera del cablecar o teleférico para subir a Bucegi era de 3 horas o más como decía en todas las guías, lo intentaríamos en coche, que ahorrarnos en total unas 5 horas de cola bien valía pagar 70RON más (unos 16,60€).
Así que nos tomamos con calma nuestro primer día que amanece caluroso y soleado en la Pensión Sole Mío (20€ con baño y terraza), por no buscar otro sitio y porque la dueña nos ha caído estupendamente decidimos desayunar allí.
Pero una vez más se nos olvida que, aunque esto no es el Caribe ni Madagascar, aquí llevan un ritmo muy Mora-Mora (ver aventuras de Caracola y Oruga en Madagascar), al que nos estamos adaptando cómo podemos.
Para vencer la espera Oruga navega y da con Periscope una app que te permite subir vídeos en directo a Twitter (recordad que somos @caracolayoruga) y ha decidido que hacerme un vídeo pre-desayuno para que mis «miles de fans» puedan saber, si no lo saben ya, que yo sin café soy como una ameba con los ojos como la china del todo a cien. En fin… Ahí estoy entreteniendo a mi marido, que creo que firme algo de eso en nuestra boda de Las Vegas y hay que cumplir… Creo…
Nuestro desayuno de hoy es una tortilla de jamón (como si fueran trozos de chuleta de Sajonia con queso ¡por supuesto!) y champis. Está servida echa un rollito y ¡está tremenda! Aunque ligera, ligera no es, para qué nos vamos a engañar…
Patricio (nuestro «polito» azul de este año) nos espera ya cargado para poner rumbo a Busteni, el pueblo en el que se encuentra el Teleférico.
El camino nos llevará apenas 1 hora. La distancia no es el problema, el problema son las incorporaciones a la carretera principal y los giros… ¡Está lleno de coches otra vez!
El tráfico aquí es mortal, nunca mejor dicho, porque si te despistas mueres!!
Ayer pensamos que el denso tráfico se debía a que era domingo y los domingueros estaban volviendo del fin de, pero hoy podemos comprobar que a pesar de ser las 10 am de un lunes esto está de bote en bote.
No sé si hoy es el primer día de cole en Rumanía o celebran algo, pero en nuestro camino nos encontramos un montón de escolares con y sin uniforme que llevan un ramo de flores, todos orgullosos. Así que he decidido que es una tradición de primer día de clase y que son para la Profe. (Si no es este el motivo invito a quien sea a que me lo cuente, mientras: esta es mi teoría). Los uniformes de los niños son más o menos bonitos y de colores llamativos, pero lo que llama la atención son las coletas que llevan el 80% de las niñas, no sé si es obligatorio, o es que al ir con el uniforme los llamativos y excesivos adornos de colores que llevan puestos en las coletas altas, las hacen ser un poco diferentes, y eso les mola.
Ya empezamos a subir y se nota en la temperatura y en las curvas… En unos 45′ estamos en Busteni comprando agua y unas chocolatinas de dudoso gusto con la bandera Rumana.
El acceso al teleférico es sencillo y esta buen indicado, habíamos leído en las guías que escondían en acceso para disfrute de los autóctonos, pero deben haber mejorado desde mayo del 2016, o nosotros hemos tenido mucha suerte, porque hay indicaciones por todos los sitios.
Dejamos a Patricio cerquita del funicular y antes de que Oruga ponga el freno de mano el «gorrilla rumano» nos espera impaciente. Yo iba a sacar 1lei, como el que saca 1€ para darle al gorrilla, pero como no tengo saco uno de 5lei y se los doy a Oru para que vaya haciendo amigos… El tío le dice que son 10lei por todo el día sin problema y yo le digo a Oru que no tengo más, ni más ni menos. Sé que a veces nos entienden, así que si hay suerte se conformará. Hay suerte y dice que no problem…
Había leído que hay gorrillas por todo Rumanía, pero no pensé que estuvieran asociados tuvieran tarifas… Y por lo visto si es así se conforman con menos!!
Ya estamos en la cola del funicular y seremos unas 20 personas, como no parece la estampa que hemos leído de 3h mínimo de cola esperamos tranquilamente mirando a un lado y al otro las inmensas montañas que nos rodean.
Ahí estoy rascándole las orejas (echo de menos a @lucasthedog y aprovecho cualquier perrillo no callejero para quitarme el mono de caricias) cuando abren las puertas, entramos tranquilamente y plof! El corte justo lo han hecho detrás de nosotros, somos los últimos!!! Uhuuu!!
Subir y bajar cuesta 70leis por persona, unos 16€ por persona) a partir de las 13h cuesta la mitad el mismo trayecto. Supongo que porque el último funicular sale de Bucegi a las 15:45h y eso abarata el precio considerablemente.
Ya estamos dentro, y nos ponemos donde podemos, en un lateral, vamos bastante cómodos, algo raro porque siempre nos toca ir apretujados con un niño llorando a un lado, un señor que no se ha duchado en un par de años al otro y la señora que escupe y le canta el pozo susurrándonos al oído.
Hoy no hay nada de esto y lo agradezco, porque esto se ve muy alto y yo ya noto que me entran ganas de hacer pipí, son solo los nervios…
La subida está bien, pero nada impresionante como esperábamos, ya que subes a unos 2.000m. De vez en cuando una copa de un pino choca levemente con el funicular, y subimos entretenidos mirando las copas de los árboles y buscando entre los claros ositos o lobos que nos hagan más amena la subida. Los golpes de emoción los dan las plataformas que hay entre medias, ya que al pasar te hace cosquillas en el estomago, por el cambio de velocidad. El trayecto son unos 15min de importante subida.
La subida se puede hacer andando, este trayecto te lleva unas 4:30h/trayecto y según lo que hemos leído hasta ahora no es apto ni de coña para todos los públicos. Y como somos nosotros y nos gusta nuestra vida, pues el funicular es nuestra elección más segura!
También se puede subir en coche alquilado hasta pestera y luego caminar, cuesta unos 100lei por cabeza y vas en 4×4. Y por si alguien se lo pregunta los coches particulares no suben, sobre todo por el terreno, pero también porque por lo visto tienes que conocer el camino porque la señalización brilla por su ausencia.
Una vez arriba comenzamos a apreciar lo que hasta ahora se veía bonito, pero no tan impresionante: Los Montes Cárpatos.
Bucegi está en Rumanía central y forman parte de la cordillera de los Alpes de Transilvania, en los Carpatos.
La cima más alta es el Plateau, dinde la erosión ha hecho de las suyas y ha moldeado algunas rocas con formas como la esfinge, que es nuestro primer destino.
El primer tramo es sencillo, aunque el aire es demasiado limpio y fresco y nuestros pulmones de ciudad (y los míos de fumadora) se están acostumbrando como pueden.
A ambos lados del camino que nos lleva a la esfinge (a la que tardamos unos 15min en llegar, paradas incluidas) la gente se aposenta en piedras con los ojos cerrados y las palmas de las manos hacia arriba, supongo que están meditando o empapándose de la pachamama, en cualquier caso, creo que no es necesario hacerlo sentado en la formación de la esfinge, porque le jorobas la foto a todo el mundo y porque además queda raro..
La esfinge lo parece, no hay que buscar cosas raras, entrecerrar los ojos para verla o tener una imaginación que ni Tim Burton. Así que bien. Hasta ahora expectativas cumplidas.
Como Caracola y Oruga son como son y siempre tiene que tener algún percance nada más pasar la esfinge beso el suelo cámara en mano. Me levanto volando y revisó los daños, la cámara está bien, o eso parece y mis pantalones también, aunque creo que mi rodilla ha sufrido algunos daños, que por ahora no parecen relevantes.
Mientras revisamos los daños se nos acerca un hombre y nos habla en español, me dice que en su país esto se dice algo como «lo cogiste?» Que es el equivalente a «cogiste la libre» que se dice en España cuando te tropiezas. Allí nos dice que estuvo viviendo en Valladolid un montón de años y que con tropecientos soplos en el corazón se ha jubilado así que se ha vuelto a Rumanía. Esta jodido de salud, pero dentro de lo que cabe está más feliz que unas castañuelas.
Dejamos a nuestro amigo el Rumano-pucelano y emprendemos camino hacia la primera cruz que vemos.
Los caminos para las rutas están bien señalizados por unas señales blancas con rayas negras (que supongo que también sirven para medir la nieve) y arriba de cada una de ellas hay pintado un color que marca la ruta que seguirás.
Nosotros seguimos el camino de baldosas amarillas (camino amarillo) que nos lleva a la cruz pequeña. Yo no estoy muy convencida porque veo unos obreros arreglándola, pero como a Oru le parece una súper idea vamos igualmente. Cuando llegamos vemos a los obreros levantando lo que creemos será una iglesia. Mientras nos hacemos una fotito oímos los gritos de los obreros, quieren que les hagamos una foto erigiendo la primera estructura de lo que será la pequeña iglesia, así que es definitivo, podemos decir que hemos visto poner la primera piedra!!
Les observamos un rato más y nos ponemos en marcha. Un poco más adelante hay un claro con vistas a los Carpatos y queremos echarle un vistazo.
Mientras Oru se sienta en el suelo esquivando las cacotas de oveja yo me entretengo viendo las que pasean (las ovejas, no las cacas) en las montañas vecinas, que vistas desde aquí parecen pequeños puntos blancos.
Nuestra intención es hacer el camino sencillo que lleva hasta la Gran Cruz (un monumento en reconocimiento a los combatientes durante la Primera Guerra Mundial: Monumentul Eroilor), se tarda una hora y media en ir y otro tanto en volver, y el cielo se acaba de cerrar de golpe dejando un día gris y todo pinta a que se volverá lluvioso también, así que desistimos por qué ya es la una y cuarto y nos da cosica que nos caiga el diluvio universal en el camino.
Para disfrutar un poco del paisaje hacemos varios tramos de otras rutas viendo los Carpatos desde todos los puntos posibles. Solo son las dos de la tarde y ya se está metiendo la niebla de forma rápida, sospecho que por este motivo la gente viene a las 8:30h…
En el funicular de vuelta no hemos tenido tanta suerte como en el de ida y nos han hecho el corte justo delante, la parte buena es que somos los primeros y podremos ir en la parte de delante del funicular más contentos que los niños que corren a los primeros puestos en el Dragón Kan!
La bajada si merece la pena, acojona bastante y la disfrutas mucho más que la subida. Aunque si sois de esos que piensan que van a morir en cualquier sitio no os conviene ir delante, mejor en el medio que creo que ni se ve!!
Ya abajo recogemos a Patricio y nos disponemos a ver un poco de Bustegi, vamos por la carretera llena de coche otra vez y ya cerca de donde a nosotros nos parece el centro aparcamos a Patricio lejos de los gorrillas y sus carteles de pago hechos a mano, en el lateral de la estación de tren para ser exactos.
Desde allí caminamos un trocito para ver el paisaje con el castillo Cantacuzino arropado por las montañas, la visita al castillo la dejaremos para después de comer, que ya es tarde y tenemos hambre…
Consultamos el TripAdvisor por si hay algún sitio espectacular y barato en el que comer, pero casi todos los sitios dan a la carretera, atestada de coches a esta hora y la verdad es que tampoco dicen maravillas, así que nos ponemos en modo Caracola y Oruga, estamos buscando una terraza tranquila con vistas a Bucegi, comida Rumana y que este bien de precio… no pedimos nada… finalmente nos decidimos por un Arabe que hace comida casera rumana y que a pesar de estar en la calle principal tiene una terraza interior con vistas a Bucegi y alejada (más o menos) del ruido de los coches.
Yo pido para comer «Gordon bleu» que es como el cordón bleu peo de aquí ;), Oru se decide por mi plato de ayer schnitzel de pollo acompañado de polenta, que es como una especie de puré de patatas bastante denso y poco más insípido.
Mientras hablamos llega la comida de los señores de detrás nuestro, tiene una pinta espectacular, parecen trozos de pollo con una salsa de crema con guisantes, así que cuando el camarero pasa por mi lado le pregunto qué es lo que han pedido, para hoy no, pero voy tomando notas para que todas las comidas de los días venideros no incluyan solo rebozados. ;P
El hombre no tiene ni papa de ingles y esta vez el rumano y el español están un poco alejados, consigo por señas que me lo enseñe en la carta y cuando pasa el otro camarero por dentras con la cazuela vacía deciden que la mejor forma de que sepa lo que es es trayéndome pan y dejándome que rebañe la cazuela… ¡pues esta buenísimo!
¡Qué señores más apañados! Ahora nuestra comida nos parece un poco peor, pero aún así está muy rica y hemos comido los dos con la bebida incluida por unos 12/13€.
Con la panza llena recuperamos a Patricio que estaba durmiendo la siesta donde le habíamos dejado y nos dirigimos al castillo de Cantacuzino. Hoy está cerrado o eso pone, pero los jardines están abiertos, creemos que porque el restaurante que está en el castillo y las actividades de tiro con arco, también (como lee gusta el tiro con arco aquí) nosotros hemos decido entrar para ver los jardines y de paso el castillo por fuera, nada más pasar la puerta oímos los grititos de un chico, como solo grita en rumano no tenemos ni idea de que la cosa va con nosotros. Cuando nos alcanza nos pregunta si tenemos entrada.. ya habíamos pensado en el tema de la entrada, pero había una exposición de réplicas de Vang gogh y no nos apetecía lo más mínimo, así que le decimos que no, que vamos al restaurante.
– Ah, tenéis reserva?
– Tampoco, solo queremos tomar un café en la terraza..
– Ah vale entonces entrad!
😳 yo ya estaba dándome la vuelta, pero por lo visto para tomar café te dejan colarte… algo tenía que ver que no había ni el tato, seguro.
El castillo no es muy grande, está muy bien conservado y creemos que su único uso es para las exposiciones itinerantes y el uso del restaurante.
En el restaurante no se puede tomar nada porque están cerrados, pero en el bar que se sitúa en la parte trasera donde debían estar antiguamente las caballerizas si.
Pues eso, que una plazoleta chula ha sido convertida en un bar…
Cuánto daño le estamos haciendo a los sitios bonitos!!
Empieza a llover y esto hace que los escasos acompañantes que tenemos huyan despavoridos, supongo que serán una involucion de los Gremmlins y no pueden mojarse a partir de las 5 pm.
Así que nos quedamos un rato más apurando nuestro café de cagarrina y nos vamos a dar una vuelta por los jardines y de paso a ver si las japonesas ahuyentadas por las gotas de lluvia se han bajado ya de los columpios que hay colgados de los árboles en el camino de acceso a la parte alta.
Pues no, las japonesas siguen allí colgadas haciéndose un book de fotos bucólicas de dudoso gusto. ¡Eso es lo que pensábamos hacer nosotros!
En los jardines había réplicas del reloj de Dalí, algunos huecos y el toro, supongo que donadas por el colegio de primaria que las realizó como proyecto de fin de curso.
En general recomiendo ver el castillo desde detrás de la estación de tren, que desde allí parece magestuoso.
Se nos han acabado las cosas que pensábamos hacer por hoy, le echamos un vistazo a la guía y otro a internet para ver cómo podemos ocupar este ratito y nos damos cuenta de que no nos quedan muchas opciones, una excursión a la cascada de Urlatoarea que no podemos hacer porque nos cogerá la noche a medio camino y poco más, así que decidimos acercarnos a ver el monasterio de Caraiman, en Busteni.
Al llegar parece más un colegio mayor reconvertido en Hotel que un monasterio, pero decidimos entrar igualmente y echar un vistazo.
El monasterio fue construido por un señor que tuvo un sueño (yes, he has a dream) y solo que tenía que construir una iglesia y un santuario a la virgen, soño el sitio y la forma, y ahí se puso dale que te pego a conseguir que lo construyeran otros.
Nada más entrar, a la izquierda de los jardines tienen una mini granja en la que comparten espacio gallos, gallinas, gallinas de pies plumados, gansos, pavos, conejos, un poni y algún bichejo más, es como la granja de playmobil, allí está todos juntitos y bien avenidos!
En El Centro de la formación hay una pequeña iglesia ortodoxa a la que entramos, la iglesia es pequeña pero muy bonita llena hasta los topes de imágenes pintadas en las paredes, en vivos colores y acompañada siempre del tan socorrido dorado. Nada más entrar un hombre canta en un atril giratorio para minutos después unirse con el «párroco» que dirá las oraciones seguido de los 4 feligreses que estaban allí. Estamos viendo una misa ortodoxa! Nos quedamos un poquito y como no sabemos cuánto va a durar aquello caminamos hacia atrás sigilosamente y seguimos con nuestra visita por los jardines.
Alrededor De la Iglesia hay unas casetas de unos 3 metros con fotos de párrocos, imágenes pintadas en las paredes, donde la gente escribe en un papel alargado y enciende una fina vela, no tenemos ni idea de para que son las casetas, pero allí estamos mirando.
Se los va acabando el día y también la energía así que nos acercamos al hotel que tenía reservado. Con el cambio de días hemos cambiado de planes pero nos toca ir al hotel que teníamos reservado, suerte que no están muy lejos!
Nuestro hotel está en la carretera, es el Hotel Rivera y cuesta 20€ habitación con baño privado.
Esta mucho mejor a la vista que el de ayer, pero la forma de enclaustrar los colchones en la estructura facilita que más o menos cada vez que respiras te des contra algúna madera o te la claves en alguna parte del cuerpo.
Tras algo de lectura espachurrados en el incómodo colchón vamos a arreglar el país, el nuestro y el de ellos que es lo que se nos da bien, delante de una par de Silvas Rubias.