¡Hoy es el día que vamos al desierto!
Nos levantamos temprano para tomar un nutritivo desayuno a base de… A ver si lo adivináis… ¡Efectivamente! ¡Huevos, pan, queso y el invitado estrella, humus!
Tengo que decir que al principio estaba encantado porque el humus me apasiona pero en este momento no veas como lo cambiaba por una tostada de tomate… Mmm
El caso es que después de desayunar y ver que no tenemos ni un comentario (que dura es la vida del blogger chusquero…) vamos a saldar la cuenta.
Como os dijimos estábamos en el Beduin Garden Village. 2 noches, tres comidas, shisha y te, tras la cena, alquiler de aletas y gafas y helados e Hibiscus el último día, nos ha salido por 130€. Creemos que está bastante bien y el sitio es más que recomendable. La gente es muy amable y el sitio es relax puro.
Una vez saldada la cuenta el negro que parece ser el dueño se queda más tranquilo. Nos vio cargar cosas en el coche antes de desayunar y su cara era un poema. Lo mismo pensaba que saldríamos por patas lo cual, si alguna vez estáis y no tenéis mucha pasta, es fácil de cojones porque no te piden na de na :P
El caso es que como la noche anterior se había caído el retrovisor (que a nadie se le ocurra alquilar nunca con estos tíos de Montecar. Una auténtica basura de coches) le pido al negrazo si me puede echar una mano y aparece con cemento líquido y lo dejamos ahí pegado. Lo de cemento lo pondría en el bote por que no duró ni una puta hora :P
Tomamos la carretera de Wadi Rum que está como a una media hora pasando antes por Aqaba para sacar pasta.
El camino empieza a adentrarse en el desierto y una vez tomamos el desvío hacia Wadi Rum la cosa ya se pone seria. Nos alejamos de las carreteras y poblaciones y solo vemos arena y montañas de roca a ambos lados.
Pasamos por lo que parece una estación de tren abandonada pero pasamos de largo pues no tenemos reserva y queremos cerrarlo lo antes posible.
La carretera termina en lo que parece ser el centro de visitantes. Como me salto la entrada al parking sigo recto con la esperanza de poder aparcar junto a la puerta. Pero de repente 20
beduinos que estaban en estado contemplativo se levantan y vienen a por el coche. Uno pregunta si tenemos reserva, otro me dice que aparque justo ahí al lado y otro me dice que no confie en ninguno y que aparque y vaya con él.
Echo marcha atrás agobiado por tanta oferta y cuando llegamos a la entrada del parking le pregunto a Caracola sí pasamos de estos y vamos nosotros a un camping que nos recomendó Kalet, el Captains Camp, que aunque no es ni de coña uno de los mejor marcados en Booking no tiene mala pinta, y lo mejor de todo, había una indicación al inicio del camino.
Así qué pasamos de los beduinos y vamos dirección al camping al que llegamos como unos 15 minutos después. La verdad es que no pinta demasiado bien. Está muy cerca de la carretera… Aunque el camino que lleva es lo suficientemente arenoso para no poder entrar con el coche.
¡Me cago en la puta!
Nos toca volver con las orejas gachas al Visitor Center aunque esta vez tenemos un mega plan.
Le pido a Caracola que me deje su gorra y me pongo las gafas de sol. Cuando vengan todos les diré que tenemos reserva y entraremos en el Visitor Center a ver si reservamos en uno de los campamentos que hemos visto…
Nada más llegar, 150 metros antes, en la entrada del parking un beduino de los acerca como para indicarnos que debemos aparcar ahí. Supongo que es del parking; ERROR. Comienza a preguntar sí tenemos reserva. Le digo que sí y que vamos a confirmar unas dudas en el Visitor Center A lo que me responde que nos ayuda y que sí le abrimos el coche viene con nosotros.
Bueno, como no parece mala gente, le montamos en el asiento de atrás y llegamos a la puerta. Pero es entices cuando el Beduino Vengador aaca sus armas y empieza a hablarnos de las excursiones y por supuesto de sus precios. Junto a la entrada hay un gran plano con las distintas excursiones y el coste. El por supuesto no recomienda la de 5 horas (la mas cara) y que luego nos lleva a un campamento por el módico precio de 35 JOD por barba mas la excursión por 79 JOD, total unos 140Jod. Le digo que me parece muy bien pero que la reserva que teníamos que confirmar eran 20 JOD los dos con desayuno y cena. Me mira. Lo miro y me dice OK. 79+20. Después de regatear lo dejamos en 85 y me dice que no diga el precio que es muy barato. Yo pienso que me ha timado (odio esto de regatear porque nunca sabes hasta cuanto deberías bajar…)
Tras cerrar el trato nos indica que debemos seguir por la carretera que llevaba al Visitor Center ya que tras pasar el arco de la puerta, la carretera continúa hasta el poblado de Rum, un asentamiento para los beduinos vagos que se han vuelto sedentarios. Nada más pasar el arco, nos encontramos a Eit, (pronunciado «It», os juro que lo dijo así) nuestro guía. Que nos pide si podemos acercarlo al 4×4.
Lo montamos en el coche y unos 50m después dice aquí es. ¡¡Coño, que eres beduino!! ¿¡¿No se supone que eres nómada y andas por el desierto?!? Va a ser que no.
Coge su camioneta y nos lleva hasta el parking a la entrada de Rum patrocinado por Orange. De hecho todo el pueblo parece estarlo porque está petado de anuncios…
Dejamos el coche y cogemos nuestras cosas que cargamos en el 4×4. Veamos la definición beduina de «4×4»
4×4: del beduino «carro no movido por tracción animal». Un 4×4 viene a ser una camioneta TOYOTA con las letras pintadas a mano normalmente por el propio beduino y que dispone de unos asientos al aire libre en lamparte de atrás formados por tablas cubiertas por cojines de flores hechos por la mujer del señor beduino, todo ello cubierto con una manta a modo de toldo para proporcionar sombra a los turistas. Para más información ver fotos adjuntas
Así que tiramos nuestras mochilas a la camioneta y subimos para empezar una ruta por el desierto que iniciamos tras una parada técnica para pillar agua y provisiones.
La primera parada el Manantial de Lawrence. A ver, aquí no hay una puta mierda de agua aunque tu me digas que cae de la roca y se filtra y se lleva a los campamentos que vienen aquí a buscarla. Eit, cojones, ¿no ves que hay 45º a la sombra? Aquí no hay agua no hay ná Para nuestra sorpresa justo abajo del supuesto manantial hay 2 árboles, prácticamente los únicos que veríamos en todo el desierto.
Tras esto, vamos a ver a una familia amiga de Eit porque antes se fijó en las pulseras que llevábamos y me pregunto que de donde eran… De México, de Perú, de Pineda de Mar :P Así que nos lleva a ver a la familia que están en una tienda en mitad de la nada y tomamos un te y pillo una pulsera que hacen ellos o más bien que tienen ellos porque tengo la sensación de estar cogiendo sus cosas.
El padre o cabeza de familia, no tiene un diente. Tendrá mi edad y parece que tiene 50. Hay como 7 niños, todos hijos de el con sus 3 mujeres. Le preguntamos a Eit cuantas mujeres pueden tener y nos dice que por ley máximo 4 y que lo habitual son 2-3 con 6-8 hijos.
Caracola le dice si puede tomar una foto y le dicen que solo a los hombres porque a las mujeres, que están en la tienda de la lado y que no hemos visto, solo oído, solo las puede ver su marido, hijos y hermanos mientras están en «casa».
Seguimos nuestra ruta hacia el Cañón de Khazali. Eit nos para y nos dice que podemos ir a ver el cañón y dar un paseo. No cuenta muchas cosas este hombre la verdad…
Echamos un vistazo y descubrimos un montón de grabados en la roca. Avestruces, pares de pies y una mujer dando a luz ¿Podías haber dicho eso al menos no? El cañón se abre entre dos rocas gigantes y puedes avanzar unos150 metros fácilmente. Después necesitas cuerdas y un guía para continuar.
Dejamos atrás el cañón y vamos camino de las dunas y las inscripciones de Alameleh. Al llegar a la duna, nos quedamos impresionados. ¡Son como 50 m de arena roja de altura! Caracola va un poco regular con el pie y no quiere subir hasta la duna pero yo no puedo resistirme y subo hasta la cresta para luego bajar casi rodando por la arena…
Al llegar abajo seguimos solo un poco hasta las inscripciones de Alameleh donde se muestran petroglifos nabateos mezclados con inscripciones que indicaban la ruta de Lawrence de Arabia.
Seguimos hasta la casa de Lawrence que es una puta mierda de pared con cuatro rocas mal puestas pero que vamos como se dice que era el refugio de Lawrence de Arabia pues hay que parar. Por cierto, para aquellos que no lo sepáis, el Lawrence este era un tipo bastante fantasma que escribió acerca de su participación junto al ejército beduino para la creación de un estado árabe único contra los turcos durante la Primera Guerra Mundial. Como el tipo lo escribió todo pes se puso súper bien que era muy valiente y tal. Para los beduinos, era uno mas, pero por lo visto el libro, «Los 7 pilares de la sabiduría» ha servido de Biblia en la primavera árabe de 2013.
En fin que paramos y nos vamos en cuanto Eit termina de saludar a sus colegas y vamos hasta el Umm Fruth un puente de roca natural que está en una esquina apartada del desierto.
Al bajar de la camioneta Eit me pregunta si queremos subir. Yo, que después del cañón del Mar Muerto estoy que lo doy todo digo que por supuesto que por donde empiezo. Me indica el camino por la roca principal y cuando estoy terminando de llegar a la Base 1 me pregunto como cojones voy a bajar. De hecho se lo pregunto a él a gritos y me dice que ponga el culo y vaya arrastrandolo que es muy fácil.
Caracola tiene una cara de poema abajo pero ya estoy a medio camino y no voy a quedar como un gallina (¡a mi nadie me llama gallina!) así que hago de tripas corazón y digo subiendo y… ¡alcanzo la cima! Voy hasta el puente y le grito a Caracola que me haga 20 fotos. Por desgracia todas con la cámara así que no podréis verlas hasta que lleguemos a BCN
Efectivamente bajó con el culo arrastrandolo por la roca y consigo llegar abajo de una pieza. La pobre Caracola estaba acojonada y me da un abrazo muy fuerte y 21 besos :) ¿y si vuelvo a subir? ;)
Junto al arco hay una tienda montada que vende ropa y bebidas semi frias regentada por un tipo negro. Le pregunto a Eit si vive aquí y me dice que sí. Que está todo el día durmiendo. Normal, ¡está en el culo del mundo!
Desde aquí vamos directos hasta el campamento, el Sunset Camp. La guía lo pone bastante bien, y bueno, no es como serán los otros pero este es bastante aceptable en cuanto a comidas, tiendas y baños de refiere aunque creo que todos deben ser del estilo porque al final estás en la arena tirado disfrutando del paisaje y la experiencia. Poco importa creo el campamento en sí, y mucho la ubicación. Este particularmente estaba genial pues estaba encima de una duna contra una montaña pequeña de roca que servía de mirador perfecto tanto para el atardecer como para el amanecer.
Nada más llegar, Eit nos dice que bajemos las cosas y las pongamos en una tienda común que sirve de comedor. Con el inglés beduino me cuesta un poco/bastante hasta que interpreto que dejamos las cosas ahí y que dentro de un rato los dirán las tiendas para dejarlas antes de ir a cenar. No entiendo muy bien porque no nos meten directos pero bueno, es su Way Of Life… Me pide que sí le puedo pagar que el se pira. Ok pero y ¿mañana quien nos lleva hasta el coche? Me dice que uno de los otros conductores nos llevara sin problema. Esto último no acabase convencer a Caracola y estará medio acojonada hasta que nos vamos de regreso ;)
Total, que le pagó los 85 pavos, los coge, los cuenta y me mira. Creo que espera propina. Tío, que soy español, ¿aún no te enteraste? Sólo doy propinas cuando vamos a medias ¡o cuando lo haces de puta madre!
Coge su pasta, me dice Thanks y se larga. Me queda un mal sabe de boca pero es lo que tiene el regateo. Nunca sabes si jodiste o te dieron por el orto.
Nos tumbamos en la jaima a esperar que pasa. Allí estamos un grupo de ingleses y australianos jóvenes, un matrimonio australiano y un par de parejas francesas. Un chico francés se percata de que no estamos muy convencidos y se acerca a comentarnos en español que a ellos le dijeron lo mismo y que van con la calma. El tipo me cuenta que habla español porque en 2006 estuvo viviendo un año en Galicia, en la isla de Arosa. Hablamos un rato y me cuenta que estaba llena de yonkis por culpa de los marineros que iban puestos a saco… «Pero no todos eh?» Me dice con una sonrisa. Me cuenta que aún tiene un montón amigos gallegos y que en vacaciones va a menudo.
Caracola aprovecha para echar una siesta mientras yo sigo enganchado al libro hasta que uno del grupo de los yankis (los bautizamos posteriormente así) se levanta y dice que es la hora de verse poner el sol.
Toda la jaima sale fuera y buscamos un risco que nos haga de mirador. Caracola y yo estamos sentados disfrutando de la puesta de sol, viendo como el rojo del desierto comienza a apagarse con unos colores acojonantes… Precioso…
Tras la puesta de sol aparece un grupo de beduinos y nos indica la tienda donde pasáremos la noche. Viene a ser una mini jaima con dos camas y sus mantas que luego descubriríamos si por qué.
Estamos colocando las cosas en la tienda y nos avisan que es la hora de cenar. Cuando llegamos, uno de los beduinos está desenterrando la comida que la han hecho como en un hangi, una barbacoa en un horno natural enterrado.
Tenemos pollo, patatas, cebollas y arroz. La comida está bastante buena y la compartimos con la pareja de franceses y el matrimonio australiano.
Mientras estábamos me la tienda al grupo de jóvenes ingleses se les han unido dos tipas yankis y empiezan a montar una «fiesta» en su mesa. ¿De dónde sale el tono de voz de los anglosajones? ¿Por qué retumba todo cuando hablan? Luego dicen que los españoles gritamos….
Tras la cena nos despedimos de la mesa y nos vamos en busca de los pareos para tumbarnos en la arena del desierto y mirar las estrellas. Hay un par de camas en la arena y cuando estoy preguntando a Caracola si nos tumbamos ahí aparece el australiano del matrimonio y se tira directamente en ellas. Joer…
Nos vamos a la arena y buscamos un sitio un poco apartado de la jaima donde los yankis siguen pegando voces.cuando se callan el desierto queda en silencio absoluto. Es increíble.
Estamos tirados fuera hasta las 00:30 mirando las estrellas, viendo algunas fugaces y esperando a que se vaya la luna. Hablamos de todo y nos ofrecemos a llevarle agua al yanki que no deja de hablar. Coño, si lleva 1 hora hablando sin parar! Tiene que tener la garganta seca! :P
Cuando se va la luna el cielo se llena de millones de estrellas y nos recuerda al cielo del Painted Desert junto al Monument Valley. No es tan espectacular pero es el segundo mejor cielo que he visto en mi vida.
Nos quedamos en silencio aprovechando que los yankis van perdiendo fuelle y casi nos quedamos dormidos. Incluso nos planteamos el dormir allí pero empieza a refrescar así que cogemos los bártulos y nos vamos a la tienda como a la 1 de la mañana.
Pasamos frío y tenemos que usar las mantas hasta que nos quedamos dormidos….
¡Buenas noches!
2 respuestas a «Dia 12. Wadi Rum»
[…] pisar la arena y subir por aquellas dunas. El paisaje es impresionante, casi diría que más que en Wadi Rum. Aunque las dimensiones y la profundidad del desierto en la que nos encontramos no es comprable, el […]
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[…] experiencia del desierto ha sido un poco desilusionante para nosotros. Es cierto que tenemos con qué comparar, así que el factor sorpresa no estaba de nuestro lado. Pero una vez pasado el momento, nos […]
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