Buenos días mundo. Tras tomar nuestro primer desayuno de comida normal (los que eligen el cAtering de los aviones debería morir mutilados) nos damos cuenta de dos cosas. Primero, la luz es blancamente cegadora y segundo, los australianos no son tan amables como esperábamos, eso si, tienen un ingles perfectamente comprensible.
Ponemos rumbo a ver lo que hasta ahora hemos considerado el único atractivo de la ciudad, la Opera House, por una de las rutas que nos recomienda la peaso de guía que nos regalo Xavi, atravesando los jardines botánicos. Mientras yo (caracola) me paro en cada planta, pájaro, piedra y/o avispa voladora, Oruga intenta pillar carrerilla para llegar lo antes posible al final de nuestra ruta. Mientras miro fijamente un árbol me doy cuenta que es de día y estoy viendo a Batman colgado de un árbol precedido por Dracula. Sigo fijando mientras Orugaporculera me mete prisa para que deje de mirar pájaros hasta que nos damos cuenta que todos los arboles están plagados de Fox Flying (zorros voladores) que son como murciélagos pero 10 veces mas grandes, para que os hagais una idea como un gato con alas (el gato voladorrrrrrrr).
Lo mas chulo es que estamos en un parque lleno de ratas con alas gigantes y eso no te lo avisan en la guía. La ruta recomendada según la guía se hace una hora, y cuando dice que se puede hacer quiere decir que Excepto Speedy Gonzalez los demás tardamos como 3. El parque es brutal y las vistas espectaculares. Por fin vemos la Opera que nos decepciona un poco. No es tan grande, ni blanca como esperábamos. Tras 875637367474 paradas para hacer fotos de la opera nos empieza a resultar sospechoso que todo el mundo vaya corriendo por el parque, y cuando digo todo el mundo es todos menos nosotros dos y un cojo. Unos ahogados, otra maquilladas, había hasta uno en zapatos corriendo. La gente aquí hace mucho deporte y caminar por la bahía se hace un poco estresante.
Paseamos por el borde del parque hasta llegar a un punto que llaman Ms. Macquires’s Chair donde la mujer del gobernador de la época de antaño se sentaba a ver los barcos de Inglaterra llegar (vamos una fiesta que tenía la Tia….). Después de sentarnos en los 4 salientes que hay llegamos añ autentico y nos hicimos la foto.
Después continuamos camino de la Opera y nos paramos en la Gobernor House, un pobre hombre que se hizo una mansión en mitad de los jardines. Como la pena nos podía, dirigimos nuestros estupendos culitos a la Opera para hacer las 32 fotos que nos faltaban para hacer el puzzle que nos pensamos montar. Intentamos entrar pero por lo visto solo los VIPs pueden tener ese honor. Para ser VIP hay que pagar el pase privado de 40$ asi que pasamos del tema que en la guía hay unas fotos preciosas.
Desde alli continuamos hasta The Rocks, la parte «antigua» de la ciudad (la casa mas antigua de Sydney es de 1880) pasando por Circular Quay que es donde se toman los ferrys para visitar las otras partes de la ciudad y las playas como Manley. La zona va tomando otra forma. Casas bajas de estilo victoriano, todo un rollo bastante turístico… Si te fijas bien se mezclan con antiguas fabricas y edificios modernos ( los cabrones de los constructores de los años 70). Al subir a Observatory Hill vimos la versión australiana de Million Dollar Baby, un viejo gordo recibiendo clases de boxeo de una expresidaria con pinta de Bea la chunga de GH. Eso si, las vistas impresionantes y eso que no se veía la Opera House.
Tras mirar el puente Harbour varias veces decidimos iniciar la aventura de cruzarlo. Mas o menos un par de kilómetros de un impresionare puente a 150 metros de altura sobre el mar con 6 carriles de autovia, una línea de tren un carril bici y otro para peatones. Al poner un pie en el puente tienes la sensación de que alguien aburrido tomando café ha decidido hacer un castillo de naipes por el que caminar sin que se caiga, todo se mueve y el suelo esta muy lejos. Repito una vez mas, yo tengo miedo a las altura y mi muerte mas terrorífica seria morir ahogada. Como la torre Eiffel y la carretera de los cayos de Florida no han sido suficientes para vencer mis miedos, emprendimos el cruce del puente, yo pegada a la izquierda mirando de lejos las vistas y Oruga supervaliente con cámara en mano (acojonado igual) tomando las mejores fotos sobre el puente. El primer respiro te lo ofrece el primer pilar de los dos en que se Bas el puente desde el cual puedes acceder a la parte superior subiendo 200 escalones por encima de la altura a la que ya estábamos. Obviamente seguimos adelante siguiendo a una tia que iba sola ahí todo valiente. Hacia la mitad del puente existe un acceso a la parte mas alta entre los hierros, que cuesta como 180$ desde donde puedes sentir la sensación de morir porque nunca nadie llegaría a auxiliarte si te diera un infarto.
El resto del camino hasta el final del puente ya era un juego de niños así que paramos a tomar un café para calmar los nervios. Como el Luna Park, un parque de atracciones en decadencia donde ruedan todas las pelis de miedo del mundo en las que sale un payaso, estaba cerca nos pasamos por allí. Que chungo, da miedo de verdad…. Hasta los animadores parecen sacados de un manicomio.
Como volver a cruzar el puente nos parecía demasiado heroico, decidimos coger el ferry hasta Circular Quay. 45 minutos después estábamos cruzando de nuevo el puente. Puto Ferry que no llego nunca….
En el camino algo mas relajado que la ida, nos dimos cuenta que todo el mundo, independiente de como vaya vestido, lleva zapatillas de deporte y caminan follados. Así que tenemos dos teorías:
A) El transporte publico es súper caro y la gente va caminando a todos lados
B) A la gente le gusta tanto el deporte que al salir del curro todo Dios se pone las zapatillas para volver andando/corriendo a casa.
Ya que había transcurrido un día y no nos habíamos perdido, elegimos el camino de vuelta por uno alternativo y tras media hora caminando encontramos por fin el camino de bajada desde la autovia a la civilización.
Abajo, nos damos cuenta que estamos petados, así que emprendemos el camino de vuelta parando a pillar un adaptador para cargar la cámara (el GPS brutal pero nos ha durado la batería muy poquito) y algo pa comer en la habitación. 10 minutos des pues de cenar nos quedamos dormidisimos….