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América Chile (2014)

Día 17. Valparaíso

¡Buenos días excursionistas!
Hoy, tras un viaje en bus durante la noche, hemos llegado a Valparaíso.

Hemos optado por la opción del bus ya que es un muy bien método para viajar en Sudamérica; debido a la falta de infraestructura ferroviaria (para más dudas puedo presentarles a un tal Carlos S. que podría explicarles al detalle hasta la talla de calzoncillos utilizada por el primer maquinista zurdo en un trayecto en Chile) ha fomentado la disponibilidad de buses de muy alta calidad con formatos cama (similares a los de los aviones) por un precio bastante económico. Por unos 20.000 CPL realizamos el trayecto dos personas desde Valdivia a Valparaíso (unas 11 horas de bus).

Para qué os hagáis una idea de la comodidad solo hay 15 pasajeros en la planta baja del bus por lo que es viable dormir sin problema (como en un tren) y aprovechar la noche viajando.

En definitiva, llegamos a Valparaíso a las 10 AM aproximadamente y tras preguntar la dirección en la que se encuentra el hostal, Alojamiento Ely en calle Buenos Aires, nos dirigimos caminando. Son unos 15 minutos.

El alojamiento está bien ubicado. Es limpio y las habitaciones son grandes. Habíamos leído muy buenas referencias de la casera pero a nosotros nos pareció normalita, normalita. El precio, es bueno: 36$ por noche habitación doble.

Tras dejar las cosas y darnos una ducha salimos en busca de un café y algo de comer. Estamos prácticamente en pleno centro.

Nos sentamos en la primera terrazas que vemos en la calle Independencia, donde nos atiende un tipo muy majo con el que conversamos sobre su experiencia en España y la nuestra en Chile.

Ya con el hambre más calmado salimos en dirección a los cerros de Valparaíso. Básicamente hay dos zonas en la ciudad, los cerros y los llanos. Hay como 20 cerros (colinas) que están todos comunicados. Realmente es más fácil imaginar una enorme montaña justo detrás de la parte llana de la ciudad y pensar que el gran grueso de la ciudad está ahí arriba, comunicado por cuestas imposibles, calles y paseos estrechos y casas apoyadas de forma casi imposible en pilares de madera o metálicos.

Desde abajo puedes observar las casas de la parte más baja, llenas de colorido. Una roja, otra verde, otra azul,… Parece que estas mirando un mosaico de colores apoyado en la montaña.

Para subir hasta los cerros más bajos (la parte de abajo de la montaña) hay repartidos por la ciudad varios ascensores que son en realidad funiculares de principios de siglo lo que les otorga un encanto. Nos recuerda al barrio Alto de Lisboa pero estos «ascensores» parecen bastante más empinados y por lo tanto necesario ;)

El chico de la cafetería nos ha recomendado coger el ascensor El Peral, que está ubicado al final de Dovel, la calle en la que desembocan Pedro Montt e Independencia transformandose en un auténtico caos de cohes y gente, todo rodeado por tiendas, restaurantes y edificios oficiales. Todo mezclado hacen que sea de lejos la zona más frecuentada de Valparaíso (turistas a parte).

Vemos algunos edificios bonitos (la catedral no es uno de ellos) en la plaza de armas como el de Hacienda (entrando en la calle Dovel) todo hecho en mármol y algunas casas con típica arquitectura porteña.

Continuando por la calle llegamos hasta la Plaza Sotomayor donde un grupo de estudiantes de arte intenta plasmar en sus cuadernos las vistas con el puerto al fondo y el edificio de Capitanía Naval presidiendo la plaza.

Turistas, autobuses y paisanos llenan la plaza así que continuamos caminando por la misma calle hasta llegar a otra plaza la no tan turística. De hecho una chica con no muy buena pinta se nos acerca y nos grita que protejamos nuestras cosas que hay mucha gente mala.

No hay mucho que ver así que damos una vuelta por la plaza andamos un poco mas para regocijo de los locales que nos miran como sí fuéramos dos marcianos (?) regresamos hacia la Plaza Sotomayor donde está el ascensor El Peral.

Nos cuesta 100 CPL por cabeza, aunque el precio no es estándar y puede variar por cada ascensor. En nuestro caso todos los que probamos excepto el de Concepción costaron 100. El de Concepción, 300.

Al llegar arriba nos encontramos en La parte baja de Cerro Alegre. Nos recibe un mirador espectacular de la ciudad y es donde empezamos a apreciar sí belleza. A mi me recuerda al Albaycin de Granada por las calles y la montaña aunque evidentemente sus casas de colores le dan su seña sin igual.

Justo en el mirador se encuentra el Museo Palacio Baburizza (1916) donde sale el Paseo Yugoslavo que pasa por el Bavestrello (1926) hasta la Avda. Alemania que lleva a la la parte alta del cerro.

Los paseos son efectivamente calles con bonitas vistas y casas donde disfrutar de pleno de cada uno de los cerros. Vamos, las zonas bonitas.

Recorremos el paseo Yugoslavo enfrentando nuestra primera gran cuesta. Llegamos arriba con media lengua fuera pero llegamos. Efectivamente el truco es ir despacio y no como sí fueras en llano o llegarás medio muerto.

Desde arriba, en la Plaza Bismarck queremos disfrutar de las vistas pero son una mierda porque hay árboles justo enfrente de los bancos o bien los bancos miran contra una pared. En serio, hay que darles clases de ubicación de bancos ;)

Bajamos en dirección Cerro Concepción, uno de los mas famosos junto con Cerro Alegre y debemos pasar por Cerro Miraflores. Sólo nos perdemos una vez entre tanta calle por lo que tenemos que volver un trozo de calle que deberíamos haber bajado. Caracola me jura azotes con látigo de 7 puntas en cuanto lleguemos a la habitación. Así está el patio ;)

Tras una breve subida y unas escaleras que dejan unas preciosas vistas del puerto llegamos hasta la calle Almirante Montt donde nos topamos con una serie de restaurantes recomendados en el plano. Optamos por algo rápido en el Panchito que tiene una terracita con encanto (solo una mesita), sin vistas al mar pero con dos bonitas casas enfrente.

Nos atiende el que parece ser el dueño (porque le llaman don mas que nada) y nos explica todos los «sanguches» que tiene y demás platos. TODOS. UNO POR UNO. Pero bueno, es un tío majo y después ya no molesta ;)

Con la panza llena decidimos continuar nuestro camino, ahora por el paseo Atkinson donde sí que hay una bonitas vistas. Podemos divisar el mar, el resto de Cerros y el cementerio. Además vemos que hay uno de los chicos de FREE TOUR, que nos recomendaron Christian y Judith pero que no los acordamos. Estos salen desde la Plaza Sotomayor y funcionan con aportación voluntaria. Lamentablemente es en inglés y no nos apetece unirnos mucho, así que continuamos con nuestra ruta hasta Cerro Concepción pasando de camino a la iglesia Luterana donde justo una cuadra antes está la iglesia Anglicana (más feucha) y encontramos un cartel que pone «La Tapa de Madrid». Efectivamente es un restaurante español (muy español) y al pasar por la puerta Caracola que va atenta me dice:

– Mira Alhambra «milnos»
– Efectivamente, replica el camarero desde la barra. Alhambra y Mahou.
Claro, nos vemos obligados a entrar y al menos tomar una ;)

Nos mandan a la última planta, a la terraza donde una chica nos atiende y al poco rato nos pregunta que de donde somos. Le decimos Granada y León y lo ha pillado. Claro, estuvo 8 años viviendo en España y tuvo que volver por la magnífica situación económica española :S

Nos cuenta que era gerente del 100 bocaditos y que al final tuvo que irse al Valencia a cantar en una orquesta en verano. Nos llama la atención que nos comenta que en Chile habrá curro pero pagan poco así que al final las condiciones no es que sean las mismas pero claro aquí no hay ventajas y obviamente la infraestructura es peor. Vamos, que nos dice claramente que en cuanto mejore se vuelve. Bueno…

Seguimos entonces hasta el paseo Atkinson desde donde probablemente estarán las vistas más bonitas de la ciudad. Particularmente hay un restaurante cafetería llamado Brighton, que dispone de una terraza mirador. Incluso tienen unos prismáticos de inicio de siglo desde donde apreciar las vistas.

Aunque no nos paramos en el Brighton, lo apuntamos para la noche y seguimos bajando , esta vez hacia el Paseo Gervasoni y desde allí tomamos el ascensor Concepción (1833) que nos cuesta 300 CPL.

Estamos un poco cansadillos de caminar así que vamos a recuperar fuerzas al hotel para continuar por la tarde en lo que llaman Museo a Cielo Abierto y que se trata de un conjunto de calles con miradores, la Parroquia de las Carmelitas y un conjunto de bonitas casas. Está ubicado justo en la esquina contraria, en el Cerro Bellavista.

La verdad que teníamos más espectativas para lo que luego nos encontramos. Damos una vuelta y nos quedamos extrañados de la cantidad de policía (carabineros) que han aparecido de repente, pero bueno…

Aprovechamos para bajar y acercarnos al puerto donde vemos los buques de guerra y la farándula de la ciudad. Esta parte es totalmente un caos pero es curiosa de ver. Bares, restaurantes, gente ofreciendo paseos en barco para ver la ciudad desde el mar… Nosotros aprovechamos para encontrar un buen sitio y sentarnos simplemente a disfrutar de las vistas, que dicho sea de paso, están mejor hacia la ciudad.

La noche empezaba a caer y ya habíamos pateado bastante así que como nos habíamos apuntado la terrraza del Brighton en Cerro Concepción, allí que nos vamos, esta vez subiendo la cuesta. NO LO HAGAIS. ¡Es descomunal!

Llegamos con la lengua fuera pero tenemos una gran recompensa: HAPPY HOUR :) Así que nos buscamos la mejor mesa de la terraza y nos pedimos un par de pisco sour que están realmente buenos y nos quedamos viendo el atardecer frente al mar y arropados a los lados por la preciosa ciudad y sus casas de colores.

Cuando ya llevamos unos cuantos pisco sour, ya se ha hecho de noche y precisamente en el Cerro Bellavista se ven las luces de los coches de policía y una estela de humo. Al parecer hay un incendio :( Menos mal que la policía y los bomberos llegaron a tiempo. No ganan esta gente para incendios…

Disfrutando de las vistas hasta que casi se nos cierran los ojos (por el sueño, no penséis mal) y con el frío que se ha levantado, decidimos que es la hora de dormir así que tomamos camino del hostal donde nos encontraremos la magnífica sorpresa de que Air France ha cancelado nuestros vuelos de vuelta. Por suerte, tienen oficina en Viña del Mar que pensábamos visitar mañana así que aprovecharemos para solucionar el tema y dar una vuelta por el Benidorm chileno.

¡Buenas noches!

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