Nos despertamos frente al mar, contentos de haber sobrevivido al asesino de la vecindad vigilante. El día está como los últimos entre nublado y soleado. Hace frío y el mar esta un poco agitado. Aun así salimos a estirarnos frente a las olas. Es toda una sensación.
Vemos que la furgoneta que estaba allí cerca ha desaparecido y en su lugar hay unos cuantos coches que parece que van de pesca. Uno de los tíos se acerca y va con un machete en la mano. Por suerte, estamos dentro de la caravana con todo cerrado y se trata del cuidador del parque-montaña que va a quitar malas hierbas o que se yo, porque al poco rato lo vemos subiendo montaña arriba y dándole de leches a uno de los árboles, todo esto, tras gritar al pasar junto a la caravana, suponemos que a modo de «Despertar ya guiris que ha salido el sol!!»
Desayunamos allí mismo unos cereales y unas cuantas galletas Tim Tam que descubrimos en uno de los blogs que vamos leyendo a modo de guía y que por cierto están de puta madre y nos ponemos rumbo al parque Tongariro donde Peter Jackson ambiento las tierras de Mordor para su la trilogía del Señor de los anillos. Una vez pasamos por allí, lo entendemos perfectamente. Aunque nos acompaña la lluvia durante todo el trayecto, pasamos de ver arboles a ambos de la carretera a un desolador desierto lleno de arbustos secos y tierra rojiza, que con la lluvia, la verdad que perdía bastante encanto, porque le quitaba esa sensación de vacío de los desiertos.
El parque esta lleno de rutas, aunque la mayoría son de al menos un día, así que optamos por ir hacia un par que vemos que solo llevan media hora y otra dos horas. Ponemos en el GPS el rumbo que creemos es el adecuado…¡pues no! La cagamos y nos fuimos por otro lado. :P
Al menos nos dimos cuenta a los 40 kms y bueno, aunque ya era un poco tarde para volver atrás, no continuamos hacia el infinito. Como continuaba lloviendo, consideramos las opciones así que optamos por continuar bordeando el lago Taupo, hacia la ciudad con el mismo nombre y que sirve como centro de operaciones para visitar el centro de la isla norte.
El camino hasta Taupo, continuo sin mas novedades y al llegar a la ciudad, y tras una visita fugaz al iSite donde comprobamos la gran cantidad de actividades disponibles: rutas por el lago, parques termales, visitas a pueblos maorís, … Así que cogemos un montón de panfletos y nos vamos a la busqueda de un camping donde enchufar la cámara y pegarnos una buena ducha.
Cuando llegamos al Top 10 vemos que es anormalmente grande, enorme y descubrimos que, ¡tiene piscinas termales! ¡Yuhu! Así que aunque teníamos dudas de si ir a dar una vuelta por el pueblo, después de meternos en la piscina de 40 grados con 15 fuera, se nos quitaron las ganas del todo y nos quedamos allí como una hora, con el consecuente bajón de la relajación que nos metió el baño… Que gustako!!!
Después de cambiarnos y ponernos decentes, Caracola se puso manos a la masa y en una pedazo cocina, el camping este estaba MUY bien, preparo un arroz a la cubana que acompañado de un par de Coronitas, nos supo a gloria.
A la cama!!!