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Grecia (2021)

Día 1. De Madrid a Atenas

Iniciamos nuestro viaje por Grecia desde Madrid a Atenas recorriendo las calles de Plaka.

Uno de los primeras cosas que aprende la gente que viaja es que hacerlo enfermo o de resaca, no es una buena idea.

Una de las segundas cosas que se aprende es que, improvisar siempre es bienvenido así que, efectivamente, este viaje lo comenzamos de resaca. Es uno de los “inconvenientes” de tener que pasar por Madrid o Barcelona para comenzar un viaje ahora que vivimos en provincias y es que al final te acabas liando.

Esta vez gracias a Reyes, una colega del curro que nos estuvo enseñando el mejor bar de su barrio en Madrid y que hizo que nos fuéramos a dormir a las 2:30 am.

Por suerte el avión no sale hasta las 3 de la tarde así que podemos ir con calma. O eso creemos…

Salimos del hotel como a las 11:00 con la idea de tomar un café y coger un Cabify hasta el aeropuerto. Nos sentamos en la plaza de Santa Ana que por supuesto está abarrotada de turistas a pesar de ser 11 de Octubre. La verdad, pensábamos que la gente no iba de puente a Madrid pero, obviamente, nos equivocamos.

Tuvimos que sentarnos en dos bares distintos y esperar como 1 hora y media literalmente para poder tomar un café y una tostada así que al final hasta las 13:30 no llegamos al aeropuerto de Barajas.

Este era el primer vuelo que cogíamos desde la pandemia y aunque habíamos hablado con amigos y leído cómo iba todo en los vuelos internacionales, siempre teníamos alguna duda de si estaría todo en regla. Por suerte pudimos cambiar todos los avios que teníamos con Iberia y viajar en Business (o Disney como diría la madre de nuestra querida amiga Gemma 🤣). De esa forma pudimos pasar rápidamente los controles y no tener ninguna pega con subir las maletas a cabina y así evitarnos facturar.

Para el acceso a las puertas no hubo nada especial. No nos pidieron ningún documento más que la tarjeta de embarque. Sin embargo para embarcar sí que nos solicitaron el mail de validación de documentos de Iberia. Por si no habéis viajado recientemente, resulta que ahora la compañía aérea unos días antes solicita mediante un formulario que les facilites la documentación requerida para viajar al país de destino. En nuestro caso los DNIs, el formulario de acceso a Grecia que solicita el gobierno griego y el certificado europeo de vacunación. Una vez enviada la documentación a la aerolínea mediante un formulario en la propia web de Iberia, comprueba que todo está en regla y te mandan un email de validación. Ese email es el que tienes que enseñar en la puerta de embarque.

El tema es que dicho email nosotros lo enseñamos desde el móvil y bueno, la verdad es que apenas le echaron un vistazo. Ni siquiera validaron que se correspondía con el nombre de la tarjeta de embarque. Y claro, ese mail me lo hago yo en 3 minutos… La verdad es que nos sorprendió pero pensado que como al final el responsable es el país de destino, allí si que validarían que todo estaba correcto como habíamos visto que se hacía en Barajas. Además, tampoco sabemos si son todas la compañías las que funcionan así o si solo es un tema de Iberia.

El vuelo, va perfecto. Llegamos como 15 minutos antes y como anécdota en la fila de al lado va Asier Etxaendia.

Al llegar a Atenas, salimos de los primeros así que al llegar a la temida cola para validar documentos estamos prácticamente solos pero apenas hay dos policías que nos piden que les enseñemos el formulario de acceso a Grecia. De nuevo, le enseñamos el papel, nos dejan pasar y listo, ya estamos en la terminal. Al no haber sido los primeros, tampoco nos han parado para lo que creemos es el control aleatorio así que literalmente hemos tardado menos de 3 minutos en estar buscando a la agencia de alquiler de coches para ir a recogerlo en la puerta de la terminal.

En apenas 15 minutos ya estamos haciendo el papeleo del coche y en otros 15 minutos después estamos saliendo con el Nissan Micra que nos han dado. Supuestamente habíamos pedido un Ford Fiesta o similar pero es cierto que habíamos leído que en Grecia se llevan mucho los coches pequeños por el tráfico y por el precio de la gasolina (casi 2€ el litro de 95) así que cuando preguntamos por el Ford Fiesta las alternativas son este o un Yaris así que, nos quedamos con el Nissan no demasiados conformes pero por menos de 200€ dos semana tampoco nos vamos a pelear. Además el coche tiene 300kms así que casi lo estrenamos y podremos comprobar que oye, no va mal.

El aeropuerto de Atenas esta como a 40 kms del centro así que tardamos casi 40 minutos en llegar al hotel. Google Maps nos trae por calles pequeñas hasta llegar a una gran avenida sin demasiado tráfico. Con la tontería ya son casi las 21 de un lunes y no hay demasiado movimiento.

El camino ha sido raro porque para ser una capital europea los barrios y calles que hemos atravesado hasta llegar al hotel que está frente al parlamento en la plaza Sintagma, han sido bastante oscuras y estrechas. Pensamos que seguro que Google nos ha traído por el camino más rápido sin tener en cuenta la visita turística pero en los próximos días comprobamos que tampoco hay unas avenidas enormes en Atenas.

El hotel está genial. Es el Amalia de Atenas, en una ubicación excelente. La única pega es que no tiene parking pero tienen un acuerdo con el parking de al lado, uno de estos que dejas el coche con las llaves para que vayan moviéndolo según se necesite; cuesta 20€ la noche con acuerdo con el hotel (24€ para el público general). Esto ya nos indica que barato Atenas, no es.

Dejamos maletas y coche y salimos corriendo hacia Plaka, el barrio más antiguo de Atenas y hay bastante ambiente para salir y cenar. En el camino pasamos por calles llenas de restaurantes asiáticos. A pesar de llevar como 6 meses sin probar la comida japonesa nos resistimos para encontrar algo más local.

Caminando en búsqueda de un restaurante que hemos visto en TripAdvisor llamado MONO llegamos a la catedral de Atenas, donde se casaron Juan Carlos y Sofía curiosamente… Nos llama la atención un pequeño restaurante en mitad de la plaza, y como el que buscábamos estaba cerrado, nos decidimos a sentarnos y más tras la advertencia del metre que nos dice que solo hay pescado fresco. Su nombre griego ilegible traducido al latín, Barbounaki.

Cenamos una ensalada de berenjenas que pedimos por equivocación y que para no gustarnos el sabor de la berenjena no está mal; pedimos unas sardinas y una dorada que nos recomienda el camarero que va con aceite y limón.

La comida está deliciosa y es mas que suficiente pero como nos habíamos equivocado al pedir y lo que realmente queríamos era probar el queso feta al horno, las pedimos. Riquísimo.

Por “desgracia” el camarero nos ofrece un postre “gratuito”. Si no nos gusta no nos lo cobra. Esto es algo que veremos continuamente en Grecia como el agua que te ponen por defecto. En algunos sitios ni siquiera te lo cobran y si les indicas que realmente no lo quieres si te van a dar siempre un chupito de ouzo, un orujo griego.

El postre como el resto de la comida está delicioso. Se trata de varios dulces típicos acompañados de panacota.

Terminada la cena recorremos las calles de Plaka viendo por encima de nosotros la Acrópolis iluminada con grandeza. En menos de 10 minutos estamos en el hotel, donde subimos a la terraza para contemplar la Acrópolis antes de irnos a dormir.

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